En imágenes: "¡Vamos Rafa!" o el día que el Patio de Escuelas y el Paraninfo de la Usal vibran con Nadal

Una ceremonia histórica en la Universidad de Salamanca, entre mucetas, familia, aficionados y emoción a raudales

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Nadal, Honoris Causa por la USAL (Fotos: Arai Santana)
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.
Última actualización: 

El histórico Patio de Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca se llenó hasta la bandera este viernes para recibir a Rafa Nadal, investido como doctor honoris causa. Desde primera hora, se respiraba una atmósfera de celebración, con estudiantes, ciudadanos y aficionados que querían acompañar al tenista mallorquín en un día tan especial.

El solemne Paraninfo brillaba con los colores de las mucetas de los catedráticos, formando un mosaico académico que reflejaba siglos de tradición universitaria. Entre aplausos y sonrisas, los familiares de Nadal ocupaban un lugar destacado: sus padres, su hermana, su mujer y su hijo mayor -que durante la ceremonia echó una 'cabezadita'-, no dejaron de aplaudir con emoción en algunos momentos del acto.

"¡Vamos Rafa!", exclamaban algunos asistentes al verlo entrar a primera hora, evocando los gritos de apoyo que le acompañaron durante toda su carrera deportiva. La frase se convirtió en un leitmotiv del día, uniendo emoción deportiva y solemnidad académica.

El ambiente fue de alegría y orgullo, mientras Nadal recorría los pasillos, saludando y compartiendo gestos de cercanía con los presentes. Cada aplauso, cada sonrisa, cada fotografía parecía celebrar no solo su trayectoria deportiva, sino también el reconocimiento a los valores que representa: disciplina, humildad y perseverancia.

La ceremonia, como siempre, espectáculo solemne  color y tradición: entre el latín, las mucetas azules, rojas, verdes y violetas se entremezclaban creando una imagen que quedará grabada en la memoria de todos los asistentes.

Al concluir el acto y en el desfile posterior de vuelta al Patio de Escuelas Menores, Nada, que ya había manifestado su orgullo durante su discurso, se mostró emocionado, recibiendo un merecido homenaje de la Universidad, de sus colegas y de su familia. Un día en que el deporte y la academia se dieron la mano, bajo un grito que ya forma parte de la historia: "¡Vamos Rafa!".

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