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Rafa Nadal, Doctor Honoris Causa por la USAL: "El deporte ha sido mi colegio y mi universidad"
En su discurso en el Paraninfo destaca como el deporte ha sido para él una escuela de vida y valores aunque también resalta la importancia de la educación
La Universidad de Salamanca (USAL) vivió este mediodía una jornada histórica al investir como Doctor Honoris Causa a Rafa Nadal, considerado el mejor deportista español de todos los tiempos. En un solemne acto celebrado en el Paraninfo, el tenista mallorquín se convirtió en el primer deportista en recibir esta distinción, otorgada por una universidad que, en palabras del propio Nadal, ha dejado "una huella profunda en la humanidad".
Con la muceta azul de Educación, Nadal dirigió unas palabras de agradecimiento cargadas de emoción, en las que reflexionó sobre su trayectoria deportiva, los valores que ha aprendido a lo largo de los años y el papel transformador del deporte en la sociedad.
"Quiero comenzar mencionando a esta institución tan importante para la humanidad. Mi agradecimiento a la Universidad de Salamanca, a su rector, al decano, al claustro de doctores y al consejo de gobierno por concederme esta distinción tan especial. Es un inmenso honor ser el primer deportista investido como doctor por esta universidad", comenzó.
Añadía Nadal que "me resulta difícil encontrar palabras para expresar lo que siento. Es un enorme orgullo y gratitud recibir este reconocimiento por parte de la universidad más antigua, una institución que ha iluminado a la humanidad durante siglos".
Un enorme orgullo y gratitud recibir este reconocimiento por parte de la universidad más antigua, una institución que ha iluminado a la humanidad durante siglos
Continuaba Rafa Nadal sus palabras: "Como bien sabéis, yo no he seguido la trayectoria académica de la mayoría de los aquí presentes. Mi vida ha sido distinta: viajando y aprendiendo del deporte. Por eso recibo este honor no solo como un privilegio personal, sino también como una muestra de respeto al deporte y a lo que significa para la sociedad.

El deporte ha sido mi propio colegio y, de alguna manera, mi propia universidad. Lo que aprendía en las pistas me ha acompañado dentro y fuera de la competición. Nada se consigue sin esfuerzo, sin compromiso y sin esos pequeños detalles. De poco sirve soñar en grande si no hay rutina y esfuerzo constante y silencioso, que es donde se forjan los grandes éxitos.
El deporte me ha enseñado a no sentirme mejor que nadie, a aceptar la derrota, a aprender de ella y a esforzarme por volver a levantarme. Esa ha sido una de las lecciones más importantes. Podría decir que el deporte me aportó un pequeño doctorado en resiliencia: lo importante no es solo volver, sino volver con ilusión, energía y la actitud de seguir luchando aunque las circunstancias no sean las idóneas".
El deporte me aportó un pequeño doctorado en resiliencia: lo importante no es solo volver, sino volver con ilusión, energía y la actitud de seguir luchando
Nadal hablaba de otros aspectos de su vida deportiva: "También he aprendido a vivir con pasión, algo que ayuda a disfrutar incluso en los momentos de mayor esfuerzo y dificultad. Y comprendí la importancia de encuadrar bien una palabra: ambición. Para mí, la verdadera ambición no es únicamente querer alcanzar un objetivo, sino superarse cada día. Es una ambición sana, en la que el fin no justifica los medios.
Recuerdo mis primeros entrenamientos. Entonces no pensaba en grandes títulos, mi única ilusión era mejorar cada día, dar lo mejor en cada sesión. Esa mentalidad, que me inculcaron mi tío Toni y mis padres, de trabajar con constancia, me ha acompañado siempre y estoy convencido de que es clave para alcanzar cualquier meta en la vida".
El considerado mejor deportista de todos los tiempos hablaba de una anécdota personal. "En 2002, siendo adolescente, soñaba con jugar el júnior de Roland Garros. Ya tenía algunos puntos ATP y veía aquella cita como una gran oportunidad. Sin embargo, coincidía con la época de exámenes y mis padres me dijeron que no. Fue difícil de entender, pero con el tiempo comprendí que aquello fue una gran lección. Hoy les doy las gracias porque me enseñaron que ningún objetivo deportivo puede estar por encima de los valores y la formación".

Durante su discurso, Nadal citó a Nelson Mandela pero antes hizo referencia a Miguel de Unamuno cuando dijo: ‘Procuremos ser más padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado’. "Era otro contexto, pero refleja lo que he tratado de llevar en mi carrera: mirar hacia adelante sin quedarme en lo ya logrado".
Todos los valores que he mencionado —humildad, disciplina, resiliencia— no son exclusivos del deporte, pueden aplicarse a cualquier ámbito de la sociedad. El deporte tiene la capacidad única de unirnos.
Y seguía: "Todos los valores que he mencionado —humildad, disciplina, resiliencia— no son exclusivos del deporte, pueden aplicarse a cualquier ámbito de la sociedad. El deporte tiene la capacidad única de unirnos. He tenido la suerte de jugar en muchos países y sentir el cariño de gentes muy diferentes, pero todas compartíamos la misma emoción durante los partidos. En un mundo de creciente polarización, creo que el deporte puede ser un puente de respeto y cordialidad.
Con los años también comprendí que el deporte no solo forma deportistas, forma personas. Por eso, a través de la Fundación, he querido aportar algo más a las nuevas generaciones. He podido comprobar de primera mano cómo el deporte puede transformar vidas, crear comunidad y dar esperanza. Creo que debe ocupar un lugar destacado en los sistemas educativos, porque inculca valores fundamentales para cualquier profesión y para la vida en sociedad.
Sabía que llegaría el final de mi carrera deportiva. Cuando ocurra, espero poder mirar atrás y sentir que he contribuido a demostrar que el deporte aporta algo esencial, y que mi trayectoria inspire a otros a no rendirse. Porque el verdadero éxito está en el camino recorrido y en el esfuerzo realizado".
Y finalizaba: "Siento que este reconocimiento es también para lo que el deporte representa en la sociedad. Lo recibo con gratitud, con humildad y con la idea de seguir trabajando para que el deporte sea reconocido.
Hace 25 años, Nelson Mandela dijo que ‘el deporte tiene el poder de cambiar el mundo, de inspirar, de unir como pocas cosas lo hacen. Habla a la juventud en un lenguaje que entienden. Es más poderoso que los gobiernos para derribar barreras’.
Gracias una vez más a la universidad, a todos los que han hecho posible este día, a mi familia, que ha sido mi gran apoyo, a mi equipo y también a mis rivales
Quiero dar las gracias una vez más a la universidad, a todos los que han hecho posible este día, a mi familia, que ha sido mi gran apoyo, a mi equipo y también a mis rivales, que me han exigido tanto y me han empujado siempre a mejorar.
Este día lo llevaré conmigo y será un impulso para seguir siendo fiel a los valores que el deporte me ha enseñado y que hoy comparto con esta universidad, que ha dejado una huella tan profunda en la humanidad".
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