La antigua joyería salmantina que guarda un siglo de historias en la Plaza Mayor

Fundada en 1912, Joyería Cordón ha acompañado a cuatro generaciones de salmantinos con oficio, honestidad y cercanía y recibe el Premio Comercio

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La antigua joyería salmantina que guarda un siglo de historias en la Plaza Mayor
José Ignacio y Pablo Cordón
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.

Pocas empresas pueden contar la historia de una ciudad a través de sus vitrinas. Joyería Cordón es una de ellas. Fundada en 1912 y con sede en la Plaza Mayor de Salamanca desde 1946, esta firma familiar ha crecido al ritmo de la ciudad, consolidándose como un referente del comercio tradicional gracias a la fidelidad de sus clientes y a una filosofía centrada en el oficio bien hecho.

Con más de cien años de historia y cuatro generaciones implicadas, Joyería Cordón acaba de recibir el Premio a la Trayectoria en el Comercio que otorga CEOE CEPYME Salamanca, en reconocimiento a su contribución continuada al tejido comercial de la provincia.

La historia de esta joyería salmantina tiene raíces aún más profundas: la familia Cordón desciende de una saga de plateros del siglo XVIII, que trabajaban para la Casa Real española desde talleres en Sevilla.

Ese conocimiento se trasladó a Salamanca a principios del siglo XX, cuando José Cordón de Blas, con formación artesanal y espíritu emprendedor, abrió su primer taller en la calle de la Rúa en 1912, junto a su esposa Rafaela Elena Agúndez.

Especializados en grabado, esmaltado y reforma de piezas, se trasladaron en 1914 a San Pablo, y en 1946 dieron el gran salto: instalarse en el número 25 de la Plaza Mayor, donde aún hoy continúa el negocio.

Desde esa ubicación privilegiada, Joyería Cordón ha sido testigo de miles de momentos importantes, encargos institucionales y trabajos únicos que van desde placas conmemorativas hasta piezas de filigrana charra, una de sus señas de identidad más valoradas.

Oficio, honestidad y cercanía

"Siempre hemos sido honrados. En el comercio hay que serlo. Y eso, unido a que hemos dado un buen servicio, es lo que ha hecho que sigamos aquí", afirma José Ignacio Cordón Rodríguez, tercera generación y actual referente de la joyería, que ha sabido mantener la esencia familiar adaptándose al cliente contemporáneo.

La clave de su longevidad, asegura, está en los valores del comercio de proximidad: profesionalidad, dedicación y un trato cercano. "Hemos hecho lo que sabíamos hacer. Nunca hemos querido ser otra cosa. Y eso nos ha mantenido firmes".

Hoy es su hijo, Pablo Cordón, quien representa la cuarta generación, con formación específica en el sector y vocación por el oficio. Su incorporación garantiza la continuidad de un legado que sabe mirar al futuro sin olvidar sus raíces.

 

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