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Citroën C4 eléctrico vs. gasolina: ¿qué opción es mejor para ti?
Decidir entre el Citroën C4 eléctrico y el de gasolina puede parecer, a simple vista, sólo una cuestión técnica. La realidad, sin embargo, es mucho más rica y variable, como elegir la mejor ruta en una ciudad desconocida: aquí entran en juego factores personales, tus hábitos diarios y hasta tu manera de entender el futuro de la movilidad. Tan importante como comparar cuánto ahorrarás en consumo es saber si quieres libertad absoluta en carretera o el privilegio de circular sin restricciones. Por supuesto, muchas personas terminan preguntándose qué versión será más fácil de encontrar a buen precio en el mercado de ocasión; de hecho, explorar opciones como el Citroen C4 de segunda mano puede resultar sorprendentemente sabio y equilibrado.
Aunque la decisión parece sencilla, no lo es en absoluto: cada versión propone ventajas llamativas para diferentes estilos de vida. Si miramos más allá del motor, la elección revela matices relacionados con el coste de uso, la flexibilidad y el impacto ambiental. Por cierto, existen portales especializados como Clicars.com que facilitan el acceso a información, consejos y modelos en oferta, lo cual da aún más motivos para comparar cuidadosamente antes de lanzarse a la compra. Al final, el modelo que mejor encaja con tus necesidades depende tanto de las condiciones del tráfico como de tu rutina concreta.
¿Cuál es el coste real de cada versión?
Para ser claros, el número en la etiqueta nunca cuenta toda la historia. A primera vista, la diferencia de precio puede parecer abrupta, pero no siempre lo barato sale caro, ni lo caro significa lujo verdadero a largo plazo. Algunos se preocupan de inmediato por el ticket inicial; sin embargo, los verdaderos expertos saben que los costes de mantenimiento y energía son los que, silenciosamente, inclinan la balanza.
El precio de compra y las ayudas disponibles
Versión eléctrica (ë-C4): Aquí la ventaja se esconde en programas como el Plan MOVES, que recorta el precio como una tijera. Estos incentivos pueden dar una sorpresa agradable y rebajar el coste final más de lo que muchos esperan.
Versión gasolina: No destacan tanto por ayudas, aunque sí pueden caer en ofertas de financiación o descuentos puntuales ofrecidos por el propio concesionario.
Cuando se barajan tantas posibilidades, una herramienta práctica sigue siendo el configurador online, donde cada detalle vale y cada extra suma o resta en el presupuesto final. Además, nunca está de más llamar a distintos concesionarios y comparar las promociones actuales.
El ahorro en el día a día: combustible vs. electricidad
Aquí el ë-C4 eléctrico suele ganar por goleada, porque cargar en casa puede resultar casi tan barato como el café de cada mañana y, además, el motor sufre menos a lo largo del tiempo. Este coche se cuida de sí mismo: nada de estar pensando en filtros, aceites o correas. Eso sí, algunos impuestos y el aparcamiento pueden resultar mucho más amables con los dueños de eléctricos.
Recargar en casa, especialmente cuando el precio de la luz baja por la noche, es bastante más barato que llenar el depósito.
Mantener un motor eléctrico se asemeja a cuidar una bicicleta frente a una moto antigua: requiere menos atenciones y trae menos dolores de cabeza.
Los bonus fiscales y las ventajas en la ciudad, como aparcamiento o descuentos, añaden un punto extra que realmente se siente en el bolsillo.
En cambio, quien elije el modelo de gasolina, admite pagar un poco más por kilómetro recorrida. Por cada parada en la gasolinera, se pierde una parte del ahorro, sin contar con revisiones casi rituales que marca el calendario.
¿Qué C4 se adapta mejor a tus trayectos?
Más que una decisión lógica, se trata de anticipar tu día a día: desplazamientos cortos o escapadas largas sin planificar. Si vives la rutina entre semáforos y atascos, uno de los dos se siente en casa; pero si lo tuyo es la carretera y las distancias largas, el panorama también cambia.
Autonomía y la experiencia de recarga
El Citroën ë-C4 normalmente ronda entre 300 y 350 km por carga. Perfecto para la mayoría de trayectos urbanos e incluso alguna escapada imprevista. Sin embargo, hay que planear con antelación viajes largos, pues la recarga rápida, aunque existe, exige paciencia o mapas bien estudiados.
Por otro lado, el C4 de gasolina compite con comodidad aquí: la autonomía es considerablemente mayor y, lo mejor, no hay que sacrificar tiempo, ya que llenar el depósito lleva lo que dura un café rápido en la estación.
Ventajas en la ciudad frente a la flexibilidad en carretera
La ciudad compensa al usuario del ë-C4 eléctrico con obsequios como:
Etiqueta CERO que abre casi todas las puertas urbanas.
Silencio y suavidad, lo que transforma cada atasco en algo menos estresante.







