Los imponentes retablos de la Clerecía lucen desde hoy "como nunca lo habían hecho", en palabras del rector de la UPSA, Santiago García-Jalón de la Lama. Tanto el retablo mayor como los dos laterales han pasado por un profundo proceso de limpieza, consolidación y restauración y el resultado, a tenor de las valoraciones de las autoridades y expertos, es inmejorable.

La intervención ha durado cuatro meses -en Semana Santa las imágenes estaban completamente tapadas por andamios y plásticos- y ha costado 248.000 euros, de los que la Junta ha sufragado 125.000. Según el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, el patrimonio de la región "es nuestro mejor legado" para el futuro y hay que hacer todo lo posible por conservarlo, de ahí que la Junta esté "honrada" de participar en estos procesos de restauración. "El futuro de nuestros municipios, especialmente aquellos con un rico pasado histórico como Salamanca, pasa por convertir el cuidado y la difusión de su patrimonio en una verdadera industria cultural", ahondó. En cuanto al retablo de la Clerecía, el resultado de la intervención es "extraordinario". 

La restauradora María Luisa López, de la empresa Uffizzi, ha explicado el proceso de trabajo. Los expertos "fijaron y consolidaron las policromías", especialmente las más altas (el retablo mide 22 metros) porque estaban "resecas" por culpa del aire caliente -más ligera y que se acumula en la parte superior de los edificios- y podían sufrir desprendimientos.

También sanearon de forma "exhaustiva" la parte frontal del retablo -la que ven los fieles y turistas-, a la que retiraron el polvo y los sedimentos acumulados; y actuaron en el armazón oculto detrás, donde "hay una estructura de tablazón con varios niveles" que sostienen el retablo. Según López había "kilos" de residuos, cables de antiguas instalaciones eléctricas, etc. El consejero Gonzalo Santonja comentó que "había problemas" ocultos que "podían ser peligrosos" para la integridad de la obra.

Santiago García-Jalón de la Lama y María Luisa López.

La intervención concluyó con una limpieza química de toda la policromía, aplicando distintos compuestos en función de la técnica pictórica (temple, óleo...). Al hilo, la experta opina que habría que renovar la iluminación para poder admirar como es debido la parte superior del retablo, que ahora permanece "en penumbra".

El rector de la UPSA apuntó también que ahora actuarán en otros puntos del edificio, como el órgano.