La derrota sufrida en casa el pasado 6 de octubre ha sido el punto de inflexión para un equipo que está inmerso en su mejor momento
Poco a poco y a cuentagotas. Asi se fueron llenando las gradas del estadio Reina Sofía durante la mañana del domingo. El horario de las 12 horas permitía disfrutar de la previa en los bares aledaños, reuniéndose los grupos de amigos y familiares antes de entrar al campo de Unionistas.
La estampa fue paulatina, con quejas y comentarios sobre las decisiones de la Real Federación Española de Fútbol de colocar partidos a las 21:30 horas, como el del próximo 2 de noviembre ante el Real Unión. Los lamentos unionistas demostraron que esta decisión no está bien vista por los salmantinos, pero de momento, oídos sordos de la RFEF.
Pese a ello, la fiesta se dio fuera del Reina Sofía con corros de aficionados animando desde antes de empezar. La afición llegó cargada de ilusiones con un equipo que está dejando buenas sensaciones en este arranque -a pesar de algunos resultados-.
La fiesta se trasladó poco a poco a las gradas, con más gente por cada minuto que pasaba para disfrutar de una fiesta contra uno de los grandes equipos de la categoría, el CD Lugo de dos viejos conocidos como Cacharrón y Erik Ruiz. También hubo aplausos para un Carlos de la Nava que antes del partido fue galardonado como el mejor jugador del mes de septiembre de Unionistas.
Una mañana de fútbol donde el color rojiblanco también estuvo en el fondo con alrededor de una treintena de seguidores gallegos que no dudaron en viajar hasta Salamanca. Una estampa que dio mayor ambiente a un estadio que contó con 3.857 espectadores para un partido marcado por el buen tiempo, las ganas de fútbol y de disfrutar del balón.
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