El homenaje se celebrará en el descanso del duelo ante Estudiantes, en un Würzburg rebautizado como Silvia Domínguez, símbolo absoluto de la mayor leyenda del club
Bailó Unionistas en la grada al son del ritmo marcado por su afición: sí, por fin se ganó
El equipo a las órdenes de Raúl Casañ venció por la mínima al Pontevedra en una gran segunda parte con gol de Óscar Sanz
Novedades de inicio de partido por parte de Raúl Casañ. Ni Mario Gómez, ni Nespral, ni tampoco Raúl Beneit comenzaron el encuentro en el once dibujado por el míster, que cambiaba de acompañante en el partido ante el Pontevedra dentro del cuerpo técnico. Borja Díaz emergía como media punta detrás de De Miguel, y Chapela ocupaba la banda derecha. Juampa Barros hacía lo propio en la izquierda, mientras que en el centro del campo imperaba la dupla Óscar Sanz-Tropi.
Eso dentro del campo, fuera, el aspecto distaba mucho de lo acontecido en encuentros anteriores. Más de 3.000 personas estuvieron presentes en la 19ª jornada de la Primera Federación gracias a la promoción impuesta por el club, que entendía la importancia del encuentro respecto a una clasificación cada vez más apretada y un rival directo. Unionistas respondió, pero no duró más de 10 minutos.
La primera ocasión llegó precisamente, por parte de los locales. De Miguel por banda derecha, se marchaba de su marca y optaba por levantar la cabeza para ponerla a la banda contraria a la llegada totalmente solo de Juampa Barros. El jugador del conjunto charró disparo directamente fuera, siendo el primer y último disparo entre los tres palos de los primeros 45 minutos del equipo. Es cierto que el equipo estaba cerrado en defensa, costando al Pontevedra encontrar espacios, pero con paciencia y a base de control de balón los fueron encontrando.

De menos a más. Los visitantes merodeaban el área defendida por Alberto, quien llegó a intevenir de forma segura en el primer partido de la temporada que comienza de inicio. Jugadas elaboradas, jugadas pensadas y con paciencia por el Pontevedra, que desde muy atrás, es cierto, encontraba el hueco en el medio del cambio. Una de las más claras llegó desde la banda derecha, Calvillo centró al primer palo para el remate de González que se marchó demasiado largo.
Y no una, sino dos consecutivas por errores defensivos. En este caso, Calvillo desde la media luna del área y escorazo a la derecha la pegó con la diestra, rozando el palo de la portería de Alberto. Así, mientras que Unionistas se obcecaba en encontrar portería rival con cierta ansiedad, impaciencia y precipitación, su rival seguía durmiendo el balón.
Eso sí, las jugadas a balón parado siguen siendo uno de los grandes talismanes. Falta peligrosa en el 33 a favor de Unionistas, por entrega e insistencia de Chapela, que botó Juampa Barros buscando la cabeza de Ramiro, que no llegó a buen puerto por muy poco. Posteriormente, el gol llegaría después de una jugada a balón parado. Poco más que contar del final de la primera mitad, un quiero y no puedo, falta de calma y lo mejor, que llegara el descanso cuanto antes, momento en el que en Würzburg se anunciaba el adiós de Roberto Íñiguez.
Otra canción sonó en la segunda parte. Un Unionistas valiente, directo, encontrando portería, colgando balones y disparando entre los tres palos. Solo había pasado un minuto cuando llegó el ansiado, tras más de 180 minutos, gol a favor de Unionistas. De segunda jugada tras una falta lanzada por Juampa Barros. Despejó la defensa del Pontevedra, que se quedó un paso atrás del juego, recibiendo el rechace Óscar Sanz para batir al guardameta visitante y adelantar a los suyos.

Y ese gol desató euforia, desató rabia y fue el aliciente que empujó al equipo a ser mejor en el partido. El acecho era constante a la portería de Cacharrón ante un Pontevedra que carecía de oportunidades. Las segundas jugadas, los duelos y los rechaces tenían dueño, demontándose poco a poco las líneas marcadas por los granates.
Eso sí, había que matar cuanto antes el encuentro, pues cualquier error podía suponer el regreso al empate. De hecho, la impresión era de que Unionistas volvía a perdonar demasiado y si echamos la vista atrás, mal asunto. Un disparo de Juampa Barros y un mano a mano de De Miguel pudieron poner el segundo. La más clara esta última, que generó el recién incoporado Raúl Beneit desde banda izquierda, pero que no pudo culminar el dorsal número 22.
Primeros cambios así de Unionistas. Se marcharon Chapela y Tropi, entraron en su lugar Beneit y Nespral. Seguidamente, volvió al terreno de juego el capitán por Borja Díaz, quien también tuvo la suya en el 48, solo dos minutos después del gol de Óscar Sanz.
Vino el sufrimiento en los últimos 10 minutos. Se lanzó a la ofensiva el Pontevedra, que veía el empate al alcance su mano.
UNIONISTAS CF: Alberto Sánchez, David Vicente, Jon Rojo, Ramiro, Antonio Leal, Óscar Sanz, Juampa (Beneit, minuto 61), Borja Díaz, Tropi (Nespral, minuto 61), Chapela y De Miguel.
PONTEVEDRA CF: Cacharrón, Víctor Vázquez, David Soto, Álex González, Brais, Abelenda, Yelko Pino, Oier Calvillo, Álex Masogo (Vaquero, minuto 72), Derik (Martin Diz, minuto 63), Charles y Boria.
GOLES:
ÁRBITRO: José Alberto Pardeiro Puente. Sacó tarjeta amarilla a Juampa Barros en el minuto 54, a Nespral en el minuto 76. Por parte del Pontevedra para Churre, para David Soto en el minuto 90.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 19ª jornada de la Primera Federación en el estadio Reina Sofía ante 3.017 espectadores.
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UNIONISTAS CF: Alberto Sánchez, David Vicente, Jon Rojo, Ramiro, Antonio Leal, Óscar Sanz, Juampa (Beneit, minuto 61), Borja Díaz, Tropi (Nespral, minuto 61), Chapela y De Miguel.
PONTEVEDRA CF: Cacharrón, Víctor Vázquez, David Soto, Álex González, Brais, Abelenda, Yelko Pino, Oier Calvillo, Álex Masogo (Vaquero, minuto 72), Derik (Martin Diz, minuto 63), Charles y Boria.
GOLES:
ÁRBITRO: José Alberto Pardeiro Puente. Sacó tarjeta amarilla a Juampa Barros en el minuto 54, a Nespral en el minuto 76. Por parte del Pontevedra para Churre, para David Soto en el minuto 90.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 19ª jornada de la Primera Federación en el estadio Reina Sofía ante 3.017 espectadores.








