La Universidad de Salamanca participa en un ambicioso proyecto de investigación para garantizar la estabilidad y conservación del túnel romano de Montefurado, una de las obras de ingeniería hidráulico-minera más singulares del noroeste peninsular. La iniciativa, impulsada por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), busca comprender las dinámicas geológicas, geotécnicas e hidráulicas que afectan a este enclave histórico situado en el límite entre las provincias de Lugo y Ourense.

El túnel de Montefurado, excavado entre los siglos I y II, permitió a los romanos desviar el cauce del río Sil con fines mineros, convirtiéndose en un vestigio excepcional de la ingeniería romana. Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas ha sufrido diversos derrumbes, principalmente asociados a episodios de lluvias intensas y al aumento del caudal del río, lo que ha reducido su longitud original de 150 a apenas 54 metros.

Con un presupuesto de 153.473,44 euros, el proyecto titulado 'Estudio de características geológico-geotécnicas del macizo en el que se encuentra el túnel de Montefurado' se desarrolla mediante un convenio de colaboración entre la CHMS, la Universidade da Coruña —responsable del estudio hidráulico— y la Universidad de Salamanca, que asume el análisis geológico y geotécnico. La investigación está liderada por el Grupo de Transferencia de Conocimiento G-TEKTON, del Departamento de Geología de la USAL.

Según explica José Nespereira, investigador principal del proyecto, el objetivo es doble: "garantizar la estabilidad y preservación de este elemento de gran valor patrimonial y ampliar el conocimiento geológico y geotécnico de una excavación singular que habría servido para desviar el cauce del Sil con fines mineros".

Investigadores de la USAL que participan en el proyecto

El riesgo de nuevos colapsos no solo supone una pérdida patrimonial irreparable, sino que podría afectar a infraestructuras cercanas de gran relevancia, como la carretera nacional N-120 o las presas de Montefurado y San Martiño, ambas catalogadas como grandes presas.

El estudio se apoya en una metodología multidisciplinar en la que participan once profesores del Departamento de Geología de la USAL. La primera campaña de campo ha incluido el análisis estructural de los afloramientos rocosos, la toma de muestras para estudios microscópicos y mineralógicos, y la elaboración de una topografía de alta precisión mediante drones, tecnología LIDAR y GPS-RTK, con el objetivo de crear un gemelo digital completo del túnel.

En los próximos meses se aplicarán técnicas de tomografía eléctrica para analizar las fracturas del macizo rocoso en profundidad y se realizará un sondeo geotécnico que permitirá obtener muestras de calidad para ensayos de laboratorio e in situ. Todos los datos obtenidos se integrarán finalmente en un modelo geotécnico capaz de simular el estado tensodeformacional del túnel bajo distintos escenarios.

Con esta actuación, la Universidad de Salamanca refuerza su compromiso con la investigación aplicada y la protección del patrimonio histórico y geológico. Desde el grupo G-TEKTON subrayan que el proyecto es un ejemplo claro de cómo la investigación básica en geociencias acaba traduciéndose en aplicaciones prácticas orientadas a la conservación del patrimonio y a la prevención de riesgos geológicos para la sociedad.