El buen tiempo ha llegado y las vacaciones escolares están a la vuelta de la esquina. Cuando estas lleguen, muchos salmantinos pondrán rumbo a sus pueblos cuando tengan días libres de trabajo para reunir a toda la familia alrededor de sus raíces. Las maletas se harán y se desharán a algunos kilómetros de la residencia habitual, una estampa que cada año se repite en todos los rincones de la provincia. Por ello, en todos estos pueblos que cuentan con piscina municipal han arrancado ya los trabajos para tenerla a punto y que el disfrute sea máximo. Ese es el caso de Lagunilla, un municipio de la sierra de Béjar donde las tareas han arrancado hace escasos días, pero donde las quejas de los vecinos habituales no han cesado. ¿El motivo? La "dejadez" que hay en el cuidado de esta y en otros tantos lugares por parte del Consistorio, insisten.

Sin querer dar nombres, algunos residentes de este rincón fronterizo con Extremadura han alzado la voz y explicado a Tribuna Salamanca la situación que se da en Lagunilla. "La imagen es de dejadez general", asegura una vecina, quien respecto a la piscina asegura que llevan años con un entorno que "no se cuida nada", con un césped "horroroso" y un cuidado "mínimo" más allá de lo que respecta al vaso.

Maleza en los depósitos de agua.

Estas quejas no se quedan únicamente en el entorno de la piscina. El "poco mantenimiento en el día a día" levanta ampollas por la situación de fuentes, maleza, la escuela, la falta de asfaltado de algunas calles o la pista deportiva. Hasta hace escasos días se unía a este listado el cementerio, donde algunos vecinos no podían acceder "porque la hierba te llegaba hasta la cadera", tal como explica otra vecina. Una problemática resuelta en las últimas fechas, pero que es recurrente porque se limpia "una o dos veces al año".

El trabajo de mantenimiento escaso explican que se observa claramente en el colegio. Allí, la capa de pintura para darle vigor llegó únicamente "a la fachada que da a la carretera". Situaciones que cabrean a unos vecinos que no dejan de recalcar que el incivismo tampoco ayuda. Algunos vecinos lanzan latas, botellas o plásticos a las fuentes, pero el Ayuntamiento no lo recoge, tal como puede verse en la imagen.

Fuente de la plaza Salamanca, frente al Ayuntamiento.

La maleza es otro punto que indigna a los lagunilleros. Las hierbas crecen y no son cortadas, una estampa que cabrea a todos y que deteriora la imagen del municipio. "Lo pequeño no interesa", resaltan, poniendo el foco en una pista deportiva donde, en uno de los laterales siguen quedando restos de escombros que están presentes desde hace más de un año. Poco a poco se fueron apartando objetos como la hormigonera o unos somieres, pero siguen quedando restos con los que, si algún niño desea jugar al fútbol o cualquier otro deporte tendría que lidiar si la pelota se va fuera de los límites del terreno de juego.  

Maleza en la calle Revuelta.

También hay quejas por algunas calles que se han quedado en el pasado. "Es horroroso". Así tildan estos lagunilleros la estampa de algunas vías que siguen siendo de "tierra" y de otras "con muchísimos baches". Quejas que no cesan y con las que tratan de poner remedio a la espera de ser escuchados por el Ayuntamiento. Unos lamentos que aspiran poder olvidar cuanto antes pero que, por el momento, no son escuchados como creen que merece.

Maleza en la parada de autobús.