Se dice que en algo redondo, lo circular, hay perfección porque el círculo es una figura completamente simétrica, sin esquinas ni irregularidades, lo que simboliza equilibrio y armonía. Desde la antigüedad, filósofos como Platón lo consideraban la forma más perfecta por representar lo eterno e inmutable. En la naturaleza, los cuerpos celestes y los ciclos vitales tienen formas o patrones circulares, lo que refuerza su asociación con el orden y lo divino. Además, en matemáticas y física, las formas redondas son eficientes y tienden a representar estados ideales, como las gotas de agua en forma esférica. Culturalmente, el círculo simboliza unidad, infinito y perfección, lo que ha llevado a muchas civilizaciones a relacionarlo con lo sagrado y lo universal.

En el rico legado del románico español, abundan iglesias con ábsides semicirculares, naves longitudinales y bóvedas de cañón. Pero entre todas ellas, hay una que rompe las convenciones: la Iglesia de San Marcos, en Salamanca, que es la única iglesia medieval de planta completamente circular que se conserva en España.

Su singularidad la convierte no solo en una joya patrimonial 'perfecta', sino en un testimonio excepcional del simbolismo y la experimentación arquitectónica de su tiempo.

Construida entre finales del siglo XI y principios del siglo XII, San Marcos se alza con discreción alejada de los focos que normalmente iluminan la Catedral o la Universidad. Sin embargo, su planta circular -de unos 18 metros de diámetro- la convierte en una rareza a nivel nacional.

Internamente, el espacio está dividido en tres naves radiales mediante columnas que sostienen una cubierta que sugiere, más que delimita, la centralidad del conjunto. Tres ábsides semicirculares, añadidos a esta planta redonda, se encargan de orientar litúrgicamente el templo hacia el este.

La iglesia fue construida como iglesia extramuros y parroquial, y su forma pudo tener connotaciones funerarias o simbólicas relacionadas con la perfección del círculo.

¿Un guiño al Santo Sepulcro?

El carácter circular de San Marcos ha hecho pensar a algunos historiadores en la influencia del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuyo modelo circular fue imitado por muchas iglesias construidas por las órdenes militares o los cruzados en Europa. Aunque no hay pruebas documentales que vinculen a San Marcos con una orden concreta, la hipótesis cobra fuerza si se compara con otras construcciones similares.

A lo largo de los siglos, la iglesia ha sufrido transformaciones y restauraciones, pero ha conservado su estructura original. Hoy, San Marcos sigue siendo un lugar de culto y visita, envuelta en un silencio que contrasta con su fuerza arquitectónica.

Forma parte del patrimonio románico menos conocido, pero más llamativo, y en una ciudad como Salamanca, cargada de historia, no deja de sorprender que una de sus construcciones más originales sea también una de las más discretas.

Iglesias de planta 'poco convencional'

Aunque San Marcos es la única iglesia medieval de planta circular total, en España existen otros templos que también rompen con las plantas tradicionales, especialmente aquellos vinculados al simbolismo del templo centralizado, y vamos a poner tres ejemplos:

- Santa María de Eunate (Navarra): de planta octogonal, vinculada al Camino de Santiago, su estructura ha sido también relacionada con el Santo Sepulcro.

- Iglesia del Santo Sepulcro en Torres del Río (Navarra): otra planta poligonal, decorada con una cúpula interior de nervios entrecruzados, que recuerda a modelos islámicos.

- Iglesia de la Vera Cruz (Segovia): también dodecagonal, atribuida a la Orden del Temple o del Santo Sepulcro.

Fuera de nuestras fronteras

Más allá de España, sí existen otros ejemplos de templos cristianos de planta redonda o centralizada, muchos de ellos inspirados directamente en el modelo más influyente: la rotonda del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Este templo, levantado en el siglo IV y reconstruido en etapas posteriores, marcó un precedente arquitectónico de enorme peso en el mundo cristiano, ya que su planta circular buscaba reflejar la centralidad de la resurrección y simbolizar la perfección divina. Desde entonces, iglesias como Santa Maria della Rotonda (el antiguo Panteón romano, consagrado como iglesia cristiana en el siglo VII) o la Iglesia de San Donato en Zadar (Croacia), siguieron este esquema de centralidad, tanto por razones simbólicas como litúrgicas.

Durante las Cruzadas, muchas órdenes militares copiaron deliberadamente esta tipología arquitectónica. En Europa Occidental surgieron iglesias como la del Santo Sepulcro de Cambridge o la de Santo Stefano en Bolonia, que reproducían la forma redonda como un eco lejano del templo jerosolimitano. Incluso en zonas de fuerte influencia lombarda o bizantina, como en Italia o los Balcanes, surgieron pequeñas iglesias circulares de carácter funerario o conmemorativo.

En épocas más recientes, el círculo ha sido recuperado por la arquitectura religiosa contemporánea como una forma de subrayar la participación comunitaria en la liturgia y la cercanía física al altar, como ocurre en algunas iglesias del siglo XX y XXI. Sin embargo, ninguna de estas construcciones modernas conserva la fuerza simbólica y el carácter medieval intacto que exhibe San Marcos.