Cuando moverse es parte del tratamiento: el poder del ejercicio frente al cáncer en Salamanca

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas y ASCOL impulsan un estudio sobre ejercicio y cáncer junto al CAUSA, la USAL y el IBSAL

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Los pacientes durante su clase de ejercicio (Fotos: Arai Santana)
El autor esTamara Navarro
Tamara Navarro
Lectura estimada: 4 min.

En un rincón del Campo de Tiro, en Salamanca, un grupo de personas en tratamiento frente al cáncer se reúne dos veces por semana para algo más que moverse. Participan en un programa de investigación que evalúa el papel del ejercicio físico terapéutico, que ha transformado el modo en que muchos pacientes oncológicos y oncohematológicos enfrentan su enfermedad. Un proyecto de investigación que nació como un pequeño experimento académico y que, a día de hoy, se ha consolidado como un referente nacional en la atención complementaria del cáncer.

Este proyecto de investigación comenzó en mayo de 2024, fruto de la lectura de un trabajo de fin de grado dentro del Grado en Fisioterapia, coordinado por los fisioterapeutas Carlos Martín Sánchez y Juan Luis Sánchez González, profesores en la Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Salamanca e investigadores en el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) y el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA).

Juan Luis Sánchez González y Carlos Martín Sánchez

"Queremos estar seguros de que el ejercicio va a beneficiar al paciente y que no hay riesgos"

La intervención está dirigida a pacientes en tratamiento activo (quimioterapia, inmunoterapia o radioterapia), "con diagnóstico de diversos tipos de cáncer como mama, pulmón, colon, mieloma múltiple o leucemia linfocítica crónica". Uno de los criterios fundamentales para participar es ser una persona sedentaria antes del diagnóstico, lo que permite "valorar con claridad el impacto del ejercicio", explican Carlos Martín y Juan Luis Sánchez.

"Empezó como un pequeño proyecto piloto", cuentan. "Nos pusimos en contacto con los servicios de Hematología y Oncología. El reclutamiento para entrar en estos estudios lo hace siempre el médico de referencia (hematólogo u oncólogo), y nosotros, con un grupo de fisioterapeutas, hacemos las valoraciones iniciales para cerciorarnos de que no existe ninguna contraindicación".

Hasta ahora, 137 pacientes han participado en alguno de los proyectos en marcha, que seguirán desarrollándose a lo largo de 2025. El enfoque es meticuloso: "cada persona es evaluada de forma individualizada, registrando parámetros como fuerza muscular, composición corporal, estado nutricional, calidad del sueño, ansiedad, depresión y calidad de vida".

Estas evaluaciones se repiten al finalizar el ciclo, "permitiendo comparar resultados y verificar mejoras objetivas". Además, uno de los aspectos más innovadores del programa es la incorporación de indicadores analíticos que permiten estudiar cómo el ejercicio se correlaciona con la evolución clínica del paciente.

"Queremos que adquieran el hábito y sigan haciendo ejercicio por su cuenta"

Entrenamiento adaptado y seguimiento personalizado

Existen dos modalidades de participación en estos estudios: presencial, con sesiones supervisadas por fisioterapeutas dos veces por semana, y a distancia, mediante material escrito, vídeos explicativos y seguimiento individualizado para pacientes que no pueden desplazarse. La inclusión de un grupo a distancia permite a los investigadores evaluar los beneficios específicos de las sesiones de entrenamiento supervisadas.

"Los entrenamientos duran unos 50 minutos", explica el fisioterapeuta Pablo Cañada. "Comenzamos con calentamiento, movilidad, activación cardiovascular... Luego pasamos al entrenamiento de fuerza, que es la parte central: ejercicios como sentadillas, peso muerto, press de hombro o de pecho. Obviamente todo está adaptado al estado físico del paciente".

El fisioterapeuta está pendiente de cada gesto. "Hay que cuidar la técnica. Les explico que en el cuerpo hay cuatro almas: cervicales, lumbares, rodillas y hombros. Son las zonas que más se lesionan si no activamos bien las otras partes del cuerpo. También deben concentrarse mucho porque los tratamientos afectan a la cognición".

Y no se trata sólo de moverse. Se busca generar un cambio de vida"Queremos que los pacientes no estén mucho tiempo con nosotros", apunta Juan Luis Sánchez. "Queremos que adquieran el hábito y sigan haciendo ejercicio por su cuenta. Que se den cuenta de que el ejercicio debe formar parte de su día a día", añade.

Testimonios que dan sentido

José Luis Martín, paciente con mieloma múltiple desde hace cuatro años, cuenta: "He estado tres años muy fastidiado, derrotado… no quería ni vivir. Con los tratamientos fui mejorando, pero lo que ha marcado la diferencia es este programa. Andaba mucho, pero esto es otra cosa. Lo pasamos bien, compartimos. Llevo unos días de bajón y venir aquí me ayuda, tengo también problemas de pulmón y me dio un trombo. Mi vida ya no es como antes, pero aquí estoy".

Ramón, paciente de Zamora con la misma enfermedad, bromea: "Desde que estoy en gimnasia estoy mucho mejor, además me sirve para perder peso. Hacemos amistad con gente que no conocíamos". También Maribel, Rosario, Jesús y José Antonio comparten sus vivencias:  "Nos duele, se nos baja la moral, pero hay que levantarla… hay días mejores y peores, además las pastillas de la quimio producen muchos dolores. No queda otra que aguantar".

Aunque los resultados científicos están pendientes de publicación, las encuestas de satisfacción muestran un impacto positivo en pacientes, familiares y profesionales. La percepción general es que la condición física mejora notablemente, aunque todavía falta contrastar esta percepción con datos objetivos. "Las valoraciones son muy exhaustivas", señala Carlos Martín"Queremos estar seguros de que el ejercicio va a beneficiar al paciente y que no hay riesgos".

El objetivo último del equipo es claro: "hacer ver que es una necesidad. Lo ideal sería que el IBSAL contara con un espacio específico para seguir desarrollando este tipo de investigaciones, y se están dando los pasos en esta línea ante los beneficios clínicos observados".

El fisioterapeuta Pablo Cañada resume con emoción lo que ha supuesto para él este proyecto: "Nunca pensé que acabaría investigando en cáncer. Me ha enseñado mucho. Ahora me tomo la vida de otra manera. He aprendido qué es realmente importante".

Este proyecto pionero es mucho más que un entrenamiento. Es una revolución silenciosa en el modo en que los pacientes con cáncer pueden enfrentar su enfermedad con fuerza, movimiento y esperanza. Desde Salamanca, un modelo que apunta a convertirse en una referencia para todo el país.

Más Info.

El programa, apoyado por los servicios de Hematología y Oncología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), integra a varios grupos de investigación de la Universidad de Salamanca y del IBSAL, entre ellos Fisioterapia, Recuperación funcional y ejercicio terapéutico (Dr. Roberto Méndez Sánchez), Hematopoyesis y Terapias Avanzadas (Dr. Fermín Sánchez-Guijo Martín), Terapia Celular y Trasplante (Dra. Lucía López Corral), Estudio sobre la predisposición y tratamiento de tumores sólidos (Dr. Emilio Fonseca Sánchez), Prevención e Intervención Temprana en Salud Mental (Dr. Jesús Pérez) y Proteómica Funcional y Nanomedicina (Dr. Manuel Fuentes García). La iniciativa ha contado además con financiación de entidades privadas y asociaciones como ASCOL (Asociación Contra la Leucemia y Enfermedades de la Sangre), además del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León (CPFCyL).

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El programa, apoyado por los servicios de Hematología y Oncología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), integra a varios grupos de investigación de la Universidad de Salamanca y del IBSAL, entre ellos Fisioterapia, Recuperación funcional y ejercicio terapéutico (Dr. Roberto Méndez Sánchez), Hematopoyesis y Terapias Avanzadas (Dr. Fermín Sánchez-Guijo Martín), Terapia Celular y Trasplante (Dra. Lucía López Corral), Estudio sobre la predisposición y tratamiento de tumores sólidos (Dr. Emilio Fonseca Sánchez), Prevención e Intervención Temprana en Salud Mental (Dr. Jesús Pérez) y Proteómica Funcional y Nanomedicina (Dr. Manuel Fuentes García). La iniciativa ha contado además con financiación de entidades privadas y asociaciones como ASCOL (Asociación Contra la Leucemia y Enfermedades de la Sangre), además del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León (CPFCyL).

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