Jesús Nazareno Rescatado: un símbolo de redención y libertad en el tradicional besapiés

Hoy, la iglesia de San Juan de Mata se ha convertido en un refugio de almas, donde la fe se arrodilla y el corazón se alza

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Jesús Nazareno Rescatado: un símbolo de redención y libertad en el tradicional besapiés
Fotos: Arai Santana
El autor esTamara Navarro
Tamara Navarro
Lectura estimada: 2 min.
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Hoy, en la parroquia de San Juan de Mata, la devoción se palpa en el aire. Desde el amanecer, los fieles han comenzado a llegar en un incesante goteo que se convertirá en torrente con el paso de las horas. Como cada primer viernes de marzo, el Nazareno Rescatado espera, sereno, en el altar, mientras cientos de manos se entrelazan en oración y los corazones laten al ritmo de una fe que atraviesa siglos.

La historia de esta imagen es un eco del sacrificio y la redención. Aquel 17 de diciembre de 1198, cuando el joven papa Inocencio III aprobó la Regla de la Orden Trinitaria, quizás no imaginó que siglos después, aquel espíritu liberador seguiría vivo en cada gesto de los fieles que hoy se postran ante la sagrada figura. Desde entonces, la labor de los trinitarios ha sido una constante lucha por la redención, por la libertad de los cautivos, por la dignidad de los olvidados.

 

 

Hoy, la iglesia de San Juan de Mata se ha convertido en un refugio de almas. Desde las 8:00 y hasta las 22:00 horas, sus puertas permanecerán abiertas para recibir a todos aquellos que, con fe y humildad, deseen acercarse a besar los pies de Jesús Nazareno Rescatado. Entre rezos y susurros, la imagen será testigo de promesas, súplicas y agradecimientos.

Las eucaristías marcan el ritmo de la jornada, con celebraciones a las 9:00, 12:00, 18:00 y 20:00 horas, preparando el espíritu para el momento más sobrecogedor del día: el rezo del Via Crucis, que cerrará esta jornada de devoción.

No es sólo un rito. Es un acto de amor, de entrega, de reconocimiento al Cristo que sufre en los perseguidos, en los olvidados, en los esclavizados del presente. Porque hoy, como ayer, su mensaje sigue vivo: "Gloria a ti, Santa Trinidad, y a los cautivos la libertad". 

 

 

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