Salamanca dejó atrás este fin de semana uno de los peores veranos en lo que atañe a siniestralidad vial. Según los datos recopilados por la Dirección General de Tráfico, el estío de 2024 se ha cobrado cinco vidas en las carreteras interurbanas de la provincia, a la que habría que añadir una sexta en el casco urbano de la ciudad.

Los accidentes mortales acaecieron el 20 de julio en Puerto de Béjar, el 24 de julio en Vitigudino, el 28 de julio en Machacón, el 8 de agosto en Béjar y el 22 en Calzada de Béjar, el mismo día, además, que aconteció el trágico suceso en Salamanca capital. Los motivos: salidas de vía, colisiones entre turismos (o entre turismos y motos) y una caída por un terraplén.

La comparación con el verano de 2023 muestra la gravedad de lo ocurrido: el año pasado hubo que lamentar 2 decesos, menos de la mitad que éste. El verano de 2024, de hecho, es el tercer peor de la década, únicamente por detrás de los de 2019 (seis víctimas) y 2020 (siete). En este sentido, el verano de 2022 fue ejemplar, ya que no se cobró ninguna vida.

Abriendo el foco de la información, en lo que llevamos de año, de enero a mediados de septiembre, 832 personas han perdido la vida en las carreteras españolas, con agosto como mes destacado, para mal, con 132 decesos, repitiendo el trágico patrón padecido en Salamanca. El tipo de siniestro más común en el conjunto del país, según la DGT, es la salida de la vía (37% de las víctimas), seguido de la colisión frontal (26%). En cuanto al grupo de edad, el 21% tenían entre 45 y 54, pero el que más aumentó su mortalidad fue el de 35 a 44, advierten desde Tráfico.