Salamanca presume de historia, paisaje y tradición también a través de sus pueblos. En un momento en el que la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España acaba de anunciar nuevas incorporaciones en distintos puntos del país, conviene detenerse y mirar a la provincia salmantina, que cuenta con seis localidades reconocidas dentro de esta prestigiosa red. Todas ellas comparten un denominador común: un patrimonio excepcional, un cuidado urbanístico ejemplar y una identidad cultural viva que las convierte en referentes del turismo rural de calidad.

La Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España nació en 2010, inspirada en el modelo francés Les Plus Beaux Villages de France, con un objetivo claro: proteger, promocionar y poner en valor pequeños municipios con un alto interés patrimonial y paisajístico. No basta con ser bonito. Para entrar en la red, los pueblos deben superar auditorías exigentes que analizan la conservación del patrimonio, la armonía urbana, la limpieza, la señalización, la gestión turística y el compromiso municipal.

En Salamanca, seis localidades han superado ese filtro y mantienen su sello como garantía de calidad. Se trata de La Alberca, Mogarraz, Candelario, Ciudad Rodrigo, Miranda del Castañar y Ledesma, una muestra de que Salamanca cuenta con una diversidad patrimonial excepcional, capaz de representar distintos paisajes, estilos arquitectónicos e historias bajo un mismo sello de calidad.

En un contexto de nuevas incorporaciones a nivel nacional, estos seis municipios recuerdan que el reconocimiento no es solo un título honorífico, sino un compromiso permanente con la conservación, la identidad y el turismo sostenible. Para el viajero, el sello es una invitación. Para Salamanca, una carta de presentación que reafirma su lugar entre las provincias con mayor riqueza rural de España

La Alberca, origen de todo

Hablar de pueblos bonitos en Salamanca es empezar por La Alberca, incluida en la asociación en 2014. No es una casualidad. Fue el primer municipio de España declarado Conjunto Histórico-Artístico, allá por 1940, y sigue siendo uno de los mejores ejemplos de conservación de la arquitectura tradicional serrana.

Sus casas entramadas, las calles empedradas, las tradiciones que siguen marcando el calendario y su ubicación privilegiada en la Sierra de Francia explican por qué La Alberca no solo es un referente turístico, sino también un símbolo del patrimonio rural español.

Mogarraz, arte e identidad en fachadas

También en 2014 se incorporó Mogarraz, otro de los grandes nombres de la Sierra de Francia. Su casco histórico medieval, declarado conjunto histórico, se ha visto reforzado por un elemento singular que lo ha hecho mundialmente reconocible: los retratos de antiguos vecinos pintados en las fachadas.

Este proyecto artístico, unido a la excelente conservación del urbanismo tradicional, convierte a Mogarraz en un ejemplo de cómo la memoria colectiva puede integrarse en el paisaje urbano sin perder autenticidad.

Candelario, arquitectura que baja del agua

El municipio de Candelario se sumó a la red en 2015. Su imagen es inconfundible: calles en pendiente, regaderas de agua que discurren junto a las casas y una arquitectura serrana ligada a su pasado textil.

Situado en la Sierra de Béjar, Candelario destaca por la coherencia de su trazado urbano, su cuidada estética y su entorno natural, factores que han consolidado su posición como uno de los pueblos más visitados de la provincia.

Ciudad Rodrigo, monumentalidad dentro de la red

La inclusión de Ciudad Rodrigo en 2016 supuso una excepción aparente que refuerza la filosofía de la asociación. Aunque es uno de los municipios más poblados de la red, su conjunto histórico amurallado, la catedral, el castillo y su relevancia histórica justifican plenamente su presencia. Ciudad Rodrigo representa la vertiente más monumental de Salamanca dentro de la asociación y demuestra que la belleza rural también puede ser urbana cuando el patrimonio se conserva con rigor.

Miranda del Castañar, un pueblo dentro de sus murallas

En 2017 llegó el turno de Miranda del Castañar, una localidad que parece detenida en el tiempo. Su recinto amurallado, el castillo y el trazado medieval intacto la convierten en uno de los conjuntos históricos mejor conservados de la provincia. Ubicada también en la Sierra de Francia, Miranda destaca por su escala humana, su tranquilidad y su integración con el paisaje, valores muy apreciados por la asociación.

Ledesma, la fortaleza del Tormes

La última incorporación salmantina hasta la fecha es Ledesma, que entró en la asociación en torno a 2018. Asomada al río Tormes, su silueta está marcada por las murallas, los restos defensivos y un casco histórico de gran solidez patrimonial. Ledesma aporta al conjunto provincial una imagen más sobria y rotunda, donde la historia militar y religiosa dialoga con el entorno natural.