Carmen Martín Gaite nació y creció en Salamanca. La escritora dio sus primeros pasos y empezó su historia en una antigua vivienda en la plaza de los Bandos, donde hoy en día se encuentra una de las oficinas de Unicaja. Sin embargo, si bien la imagen de entonces no es la misma que la actual, desde este jueves se puede observar una placa conmemorativa en la entrada de la oficina bancaria que recuerda que allí vivió una de las plumas más conocidas de la historia salmantina.

El acto ha contado con la presencia del alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo; el secretario general de la Universidad de Salamanca (USAL), Alfredo Ávila de la Torre, la catedrática de la USAL y coordinadora del blog sobre Carmen Martín Gaite, Esther del Brío, y el director territorial de Unicaja en Castilla y León, Manuel Rubio.

Esta placa se ha inaugurado el año en el que se celebra el centenario del nacimiento de Martín Gaite, un homenaje más en un 2025 donde se han celebrado diversas actividades para conmemorar el hito. Entre ellas, el próximo 9 de diciembre -si bien nació el día 8 de dicho mes- el Ayuntamiento pondrá en marcha una serie de actividades "para todos los públicos" en la biblioteca que lleva su nombre en el barrio Pizarrales.

Carmen Martín Gaite

Carmen Martín Gaite nació el 8 de diciembre de 1925 en Salamanca. Estudió en el instituto femenino de la ciudad, donde los profesores Rafael Lapesa y Salvador Fernández Ramírez motivaron su vocación literaria.

Estudió Filología Románica y en 1948 se desplazó hasta Madrid para cursar el doctorado. En la capital se relacionaría con otros escritores que formarían parte de la llamada ‘generación del 50’: Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Medardo Fraile, Josefina Rodríguez, Alfonso Sastre y Rafael Sánchez Ferlosio, con quien contraería matrimonio.

Inicia así una prolífica carrera literaria, que la llevaría a cultivar multitud de géneros, como la novela, el relato breve, el teatro y el ensayo. En 1954 publica su primera obra: El balneario, que recibió el Premio Café Gijón, y en 1958 ganó el Premio Nadal con la novela Entre visillos, una crónica de la juventud burguesa de provincias en la España de posguerra.

Su trayectoria también abarca traducciones literarias de obras de autores como Italo Svevo, Emily Brontë, Virginia Woolf o Gustave Flaubert, además de conferencias, artículos y libros infantiles, que le granjearon numerosos premios y reconocimientos, como el Premio Príncipe de Asturias, en 1988; el Premio Castilla y León de las Letras, en 1992, y el Premio Nacional de las Letras Españolas, en 1994, por el conjunto de su obra. Falleció en Madrid en el verano del 2000.