Salamanca cuenta en la actualidad con 286 puntos de recarga públicos para vehículos eléctricos, lo que representa el 18,3 por ciento del total de Castilla y León y la sitúa como la tercera provincia de la Comunidad en número de instalaciones, solo por detrás de Burgos (315) y Valladolid (306), según se extrae de los datos regionales que recoge Ical.

De acuerdo con los datos del Registro de Instalaciones de Producción en Régimen Especial (Ripre), 114 de esos puntos en Salamanca ofrecen potencias intermedias, entre 10 y 50 kilovatios, mientras que 85 funcionan a menos de 10 kilovatios, lo que la convierte, junto a Burgos y Valladolid, en una de las provincias con mayor número de postes de carga lenta.

En cambio, el despliegue de carga rápida (más de 50 kW) es más reducido en comparación con Burgos o Valladolid, que concentran las mayores infraestructuras de este tipo.

El crecimiento de esta red se enmarca en un contexto de aumento de ventas de vehículos eléctricos, que en Castilla y León han alcanzado 3.725 unidades en lo que va de 2025, un 132 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado. Aunque Salamanca no lidera las matriculaciones, la ampliación de puntos de recarga se considera un factor clave para sostener esta tendencia.

A nivel autonómico, Castilla y León suma 1.566 puntos de carga pública, distribuidos en su mayoría en cuatro provincias —Burgos, Valladolid, Salamanca y León—, que concentran siete de cada diez instalaciones. 

En este escenario, iniciativas privadas como las de Iberdrola, con 250 plazas de recarga ya en servicio y 57 puntos de alta potencia en instalación, serán determinantes para reforzar la red, también en Salamanca, donde la transición hacia una movilidad más sostenible depende de ampliar la cobertura y facilitar los desplazamientos dentro y fuera de la provincia.