La música sinfónica de la OSCyL emociona a cielo abierto en su abrazo con la Plaza Mayor de Salamanca

La Orquesta Sinfónica de Castilla y León, dirigida por Néstor Bayona, conquista con un programa vibrante y ecléctico en su cita con el ciclo Plazas Sinfónicas

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Fotos: Aragüelle
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.
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La música sinfónica volvió a abrazar la monumental Plaza Mayor de Salamanca con la presencia de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL), que ofreció un concierto al aire libre dentro del ciclo Plazas Sinfónicas 2025, una iniciativa destinada a reforzar su presencia en todo el territorio de la comunidad.

Bajo la dirección del joven maestro Néstor Bayona -director residente de la Orquesta Sinfónica Nacional de la Radio Polaca desde 2023-, la OSCyL desplegó un repertorio tan accesible como exigente, diseñado para cautivar al gran público sin renunciar a la profundidad musical.

La velada se abrió con una de las obras más poderosas del nacionalismo finlandés: 'Finlandia', op. 26, de Jean Sibelius, un himno a la resistencia y la identidad que combinó majestuosidad con lirismo contenido. A continuación, la orquesta ofreció el 'Scherzo' de El sueño de una noche de verano, de Félix Mendelssohn, una pieza cargada de agilidad y ligereza, puro arte sonoro que evoca el mundo de Shakespeare con picardía y luz.

El espíritu británico tuvo su espacio con la brillante obertura 'Las avispas' de Ralph Vaughan-Williams, una pieza que combina humor, dramatismo y nobleza melódica con gran elegancia. No faltó el sabor español con la emblemática 'Danza ritual del fuego' de El amor brujo, de Manuel de Falla, una de las obras más reconocibles del repertorio nacional, ejecutada con intensidad y precisión rítmica.

La 'Danza macabra', op. 40, de Camille Saint-Saëns, aportó un toque fantasmal y teatral, mientras que el Intermedio de Goyescas, de Enrique Granados, aportó lirismo romántico y una sensibilidad evocadora de la pintura de Goya. El dinamismo y colorido siguieron con la 'Danza de los comediantes' de La novia vendida, del checo Bedrich Smetana, antes de cerrar con la electrizante obertura de 'Candide', de Leonard Bernstein, una explosión de ironía y virtuosismo que dejó al público encantado.

La OSCyL ha consolidado su papel como una de las grandes orquestas del país, con presencia habitual en las principales salas y festivales nacionales. La formación ha ganado proyección internacional, sin perder su vocación de servicio a Castilla y León.

Con este tipo de conciertos en plazas emblemáticas, la OSCyL no solo acerca la música clásica a nuevos públicos, sino que reivindica su condición de orquesta de todos los castellanos y leoneses, vertebrando el territorio a través de la cultura.

El público salmantino respondió con entusiasmo a una propuesta cuidada, vibrante y diversa, que demostró una vez más que la música sinfónica puede emocionar y conectar a cielo abierto, sin barreras ni etiquetas.

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