La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) inicia este verano un importante proyecto de restauración de su patrimonio artístico con la intervención de nueve lienzos de la colección Vita Ignati, datados en la década de 1740. Gracias a la inversión de 67.014,33 euros aportada por la Fundación Inés Luna Terrero, las obras comenzarán en la segunda quincena de julio y se prevé que finalicen a finales del próximo otoño.

La presentación del proyecto ha tenido lugar esta mañana con la participación de la subdelegada del Gobierno y presidenta de la Fundación, Rosa López, el rector de la UPSA, Santiago García-Jalón, y el director de Patrimonio de la Universidad, José Alberto Corredera.

López ha subrayado la importancia del patrimonio cultural como eje vertebrador de la provincia: "El patrimonio es la principal aportación de la cultura a Salamanca, y por ello la Fundación destina el remanente de las ayudas culturales a su conservación".

En total, la Fundación financia tres intervenciones este año con una inversión de 208.111 euros: el órgano del siglo XVII de la capilla de San Jerónimo (77.123 euros), los lienzos de Vita Ignati (67.014 euros) y el cuadro de la Inmaculada de Juan Martín Cabezalero en la Iglesia de Vitigudino (67.973 euros), que se presentará este miércoles 9 de julio.

El rector de la UPSA agradeció el compromiso de la Fundación, afirmando que "gracias a esta colaboración podemos llevar a cabo un plan de restauración que nos permite mantener y transmitir en las mejores condiciones el patrimonio que hemos heredado".

José Alberto Corredera detalló que los fondos recibidos se emplearán en cuatro líneas de actuación:

1. Restauración de los nueve lienzos de Vita Ignati: cinco de gran formato y cuatro de formato medio.
2. Intervención en textiles litúrgicos: tres piezas del siglo XVII de la capilla del Evangelio y dos textiles del retablo del crucero.
3. Recuperación de dos obras pictóricas: El Calvario y San Francisco abrazando la Cruz, procedentes del antiguo colegio mayor Inés Luna Terrero.
4. Limpieza del retablo tardo-barroco del aula Francisco Salinas.

Según Corredera, los lienzos presentan deterioros tanto en la superficie pictórica -como oxidación, craquelado o repintes- como en los soportes, debido a reentelados anteriores.

Con esta actuación, la Universidad Pontificia no solo recupera parte de su valioso legado, sino que reafirma su compromiso con la conservación del arte sacro y su transmisión a futuras generaciones.