Coincidiendo con el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se celebra el 26 de junio, la Asociación Proyecto Hombre ha presentado su Informe 2024, una radiografía precisa del perfil clínico y social de las personas que piden ayuda por problemas de adicción.

El documento alerta de una realidad cada vez más presente también en Salamanca: la normalización del consumo de cannabis, especialmente entre menores de edad.

Según los datos recogidos, el 66 % de los hombres y el 52 % de las mujeres en tratamiento en Proyecto Hombre consumen cannabis, en la mayoría de los casos de forma habitual y continuada. La edad media de inicio se sitúa en tan solo 15 años, lo que confirma una tendencia preocupante: los jóvenes comienzan antes, y lo hacen sin percibir riesgos asociados al consumo.

No se ve como problema

Desde Proyecto Hombre Salamanca -con más de dos décadas de trabajo en la provincia- señalan que la percepción de peligro vinculada al cannabis ha desaparecido en muchos entornos juveniles, donde esta sustancia se integra como parte de la vida cotidiana. La consecuencia: personas que acuden a tratamiento tras convivir durante más de diez años con un problema que no supieron identificar a tiempo.

Este fenómeno no es exclusivo del cannabis. Según el informe, la cocaína (41,6%) y el alcohol (36,1%) siguen siendo las principales sustancias que motivan la entrada en programas terapéuticos. En Salamanca, el 48 % de los hombres y el 40 % de las mujeres atendidos consume cocaína. Además, preocupa el crecimiento de las politoxicomanías (uso de varias sustancias), que agravan el deterioro emocional y físico de los pacientes.

Salud mental y adicciones: Relación inseparable

Uno de los mensajes más rotundos del informe es que las adicciones no pueden tratarse sin abordar la salud mental. Los datos hablan por sí solos: el 75% de las personas en tratamiento sufre ansiedad severa, el 63 % depresión grave y el 46 % ha tenido ideación suicida.

"Muchas de las personas que llegan a nuestros programas lo hacen después de haber tocado fondo emocional", explica Vicente García, profesional de Proyecto Hombre Salamanca. "El consumo suele ser una forma de escapar del sufrimiento, pero lo acaba profundizando. Y lo más grave es que no siempre encuentran una respuesta adecuada en la red pública de salud mental, que está saturada".

La Asociación defiende por ello una intervención integral, con planes individualizados, trabajo coordinado con servicios sanitarios y acompañamiento a las familias. "No basta con tratar la sustancia. Hay que atender a la persona entera, su historia, sus heridas y sus vínculos", señalan.

Aunque los hombres siguen siendo mayoría entre quienes solicitan ayuda (81 %), el informe también pone el foco en la situación específica de las mujeres, que representan ya el 19,1 % de los pacientes, una cifra en aumento. Ellas tardan en promedio 18 años en pedir ayuda (frente a los 13 de los hombres), y presentan mayores índices de ansiedad, depresión e intentos de suicidio.

Muchas llegan con hijos a su cargo y con vivencias de abuso emocional o físico, lo que requiere una respuesta terapéutica especializada, con enfoque sociofamiliar y de género. Proyecto Hombre advierte que visibilizar esta realidad es fundamental para que más mujeres puedan acceder a ayuda sin estigma ni barreras.

Un cambio de perfil 

Otra de las claves del Informe 2024 es el cambio de perfil de las personas que desarrollan adicciones. Lejos de la imagen vinculada a la exclusión extrema, hoy son muchas veces personas con vidas aparentemente normales: estudiantes, trabajadores, madres y padres, con formación y responsabilidades. "Las adicciones ya no distinguen clase social ni nivel educativo", recuerdan desde la entidad.

Políticas integrales y realistas

Durante el acto de presentación del informe intervinieron Jesús Mullor, director del Observatorio Proyecto Hombre; Elena Presencio, directora general de la Asociación; y Vicente García, desde la sede salmantina. Todos coincidieron en la necesidad urgente de avanzar hacia una respuesta coordinada y completa ante las adicciones: "No podemos seguir ofreciendo soluciones parciales a un problema estructural. Solo una intervención conjunta entre salud mental, servicios sociales y red terapéutica puede ofrecer verdaderas oportunidades de recuperación".