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La USAL homenajea su alianza con la universidad estadounidense de Emory con una placa conmemorativa
Más de 30 años de colaboración académica y más de mil estudiantes refuerzan uno de los programas internacionales más emblemáticos
La Universidad de Salamanca ha rendido homenaje a uno de sus programas internacionales más longevos y sólidos con la inauguración de una placa conmemorativa en honor a la Universidad de Emory (Atlanta, EE. UU.) y su colaboración con Cursos Internacionales de la USAL.
El acto ha tenido lugar en la llamada Sala de Alianzas Académicas, donde quedó instalada la placa en el suelo como símbolo de casi medio siglo de "confianza mutua, excelencia académica y amistad institucional" entre ambas universidades, según han explicado desde la USAL. El evento contó con la participación del vicerrector de Internacionalización, Raúl Sánchez Prieto, una representación de la Universidad de Emory, así como miembros de Cursos Internacionales.
El programa conjunto, gestionado desde el Emory Center in Salamanca, combina formación en lengua española, historia, arte y sociedad, junto con experiencias de integración en la vida universitaria salmantina. Los estudiantes cursan asignaturas tanto en el centro Emory como en la propia Universidad de Salamanca y participan en viajes y actividades culturales, lo que les permite vivir una inmersión académica y cultural completa.
En palabras de Sarah C. Knight, directora asociada del Office of International and Summer Programs de Emory University, "Salamanca es la 'Oxford' o 'Cambridge' del mundo hispánico. El programa ofrece clases rigurosas, visitas culturales, convivencias y contacto constante con la lengua española".
Desde su inicio en 1993, más de 1.000 estudiantes de Emory han pasado por Salamanca, fortaleciendo su proyección internacional como universidad de referencia en la enseñanza del español.
Una de esas voces, la de Maya Wright —estudiante de Lingüística Hispánica y Ciencias de la Salud— dejó constancia en el verano de 2022 del fuerte vínculo creado a través del programa: "Lo que más me enterneció fue que, en mi primera clase, la profesora local me dijo 'este año somos 12 y cada uno representamos un país diferente'. Después nos abrazamos en la Plaza Mayor al final del curso".
Para la USAL, este testimonio "refleja el espíritu integrador y la dimensión intercultural del programa, que va mucho más allá del aula".
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