El Museo del Cerro de San Vicente inaugurado este miércoles está integrado en las ruinas del desaparecido monasterio homónimo. Las tropas napoleónicas ocuparon Salamanca a principios del siglo XIX y convirtieron el edificio en un alcázar: derribaron las casas vecinas, fortificaron sus muros y se atrincheraron durante los años de la Guerra de Independencia, un conflicto que a Salamanca le costó carísimo. 

Cuando el conflicto terminó, en 1814, la ciudad ya había perdido la tercera parte de su legado patrimonial. Numerosos conventos, palacios e iglesias no eran más que cascotes. El museo recopila sus historias y reconcilia los salmantinos con una parte dolorosa del pasado de la ciudad.

La magia del ordenador, sin embargo, también ha concedido una 'nueva vida' a San Vicente. Gracias a los testimonios de la época, el análisis de los restos arqueológicos y el estudio de los grabados y dibujos prenapoleónicos, el Museo recrea cómo era -o cómo pudo haber sido- parte del monasterio perdido. 

Así, las imágenes por ordenador muestran la entrada al complejo emplazado en lo alto del Cerro: iglesia con espadaña, convento de dos alturas y una arquería exterior adosada a éste. De aquel edificio sólo sobrevivieron la parte inferior del monasterio, las bodegas y almacenes y algunos mosaicos ensamblados en el suelo. Para ayudar a los visitantes a contextualizar la pérdida, el Museo exhibe numerosos restos de capiteles y escudos nobiliarios recuperados en el entorno del Cerro.

Recreación del interior de la iglesia del monasterio, perdida a principios del siglo XIX.

Una segunda infografía reconstruye el interior de la iglesia (un templo con tres naves separadas por pilares, con arcos de medio punto y una bóveda de medio cañón), mientras que otra imagen digital reproduce la galería del claustro, muy similar a la del colegio Fonseca. Todas ellas muestran, en resumen, una imagen de la Salamanca que pudo haber sido y que se nos quedó por el camino. 

Los vestigios del Botánico

No es la primera vez que el Ayuntamiento de Salamanca recurre a las posibilidades tecnológicas para recrear los monumentos perdidos. En 2022 presentó un vídeo sobre los hallazgos del Botánico -el otro barrio de Salamanca aniquilado por los ocupantes franceses-, en el que reimagina tres edificios colosales: el Colegio Mayor de Cuenca, el convento de San Agustín y la iglesia de San Pedro.  

Las crónicas y las investigaciones arqueológicas comparan a San Agustín con el convento de San Esteban y al Colegio Mayor de Cuenca con Fonseca. Sus escasos restos pueden visitarse en el Botánico, aunque se da por sentado que bajo la calle Balmes existen aún vestigios de la época.