Investigación desde Salamanca para mejorar la salud y la calidad del suelo de los viñedos

El Irnasa lleva a cabo un proyecto con el que pretende monitorizar y ofrecer herramientas para reducir la contaminación del suelo por pesticidas en viticultura

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Investigación desde Salamanca para mejorar la salud y la calidad del suelo de los viñedos
Viñedo (Fotos: Irnasa-CSIC)
El autor esIsabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 4 min.

España en general y Castilla y León en particular tiene buena parte de su superficie ocupada por el viñedo, que producen al año toneladas de uva con la que se elaboran vinos de calidad reconocidos en todo el mundo. Sin embargo, durante su cultivo es necesario el uso de pesticidas, cuyos residuos pueden llegar a persistir en el suelo, contaminar las aguas subterráneas y transferirse al vino.

Para reducir estos efectos del uso de fitosanitarios en el viñedo y mejorar la calidad de los suelos, desde el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca, Irnasa-CSIC, se ha puesto en marcha el proyecto de investigación 'Diagnóstico y mitigación de la contaminación de suelos y aguas por pesticidas aplicados en viticultura', en el que un equipo de investigadores, liderados por Sonia Rodríguez Cruz y Jesús Marín Benito, estudian el uso de enmiendas orgánicas para reducir la contaminación del suelo, de las aguas subterráneas y del vino. Se trata de una investigación conjunta impulsada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro del programa de Transición Ecológica y Digital, financiada con fondos Next Generation de la Unión Europea, coordinada desde Salamanca y en la que también colaboran la Universidad de Santiago de Compostela y la Estación de Viticultura y Enología de Galicia.

El proyecto se centra en monitorizar el estado del suelo en zonas de viñedo con diferentes condiciones climáticas para, posteriormente, proponer nuevas prácticas de manejo del suelo y de los pesticidas para reducir su impacto, mantener su rentabilidad y mejorar la resiliencia de los viñedos. Para ello, han utilizado parcelas vitivinícolas de Galicia, que cuenta con cinco denominaciones de origen, y La Rioja.

"Queremos monitorizar cómo es el estado de los suelos de viñedo en cuanto a contaminación por fitosanitarios, sobre todo fungicidas, que son los productos que más se aplican en viñedo. Miramos la contaminación en suelos, aguas subterráneas y vinos y estamos estudiando distintas técnicas para prevenir la contaminación del suelo mediante el uso de enmiendas orgánicas", cuentan los investigadores del Irnasa, quienes añaden que "estamos estudiando los distintos procesos que sufre un fitosanitario cuando se aplica en los cultivos y cuando entran en contacto con el suelo como son la absorción, la movilidad y la degradación. Estamos estudiando estos tres factores en suelos de viñedo de ambas zonas y aplicando luego al suelo tres enmiendas orgánicas para ver cómo se comportan los fungicidas. Hemos seleccionado cinco fungicidas que son los que más se aplican para las enfermedades de la vid y hemos estudiado estos tres procesos con el fin de ver cómo estos residuos orgánicos que se aplican en el suelo modifican sus comportamientos y también para ver si las enmiendas orgánicas los pueden retener y que no lleguen a las aguas subterráneas".

Y es que se ha visto que tanto en el agua, en el suelo y en el vino aparecen restos de los fitosanitarios que se aplican en la vid. "Lo que nosotros pretendemos es que sabiendo los principales contaminantes que se encuentran en el suelo, que esos contaminantes no lleguen a las aguas subterráneas porque en muchas zonas estas aguas son las que se utilizan para el consumo humano. La presión que ejercen los hongos en la vid hace que sí o sí los viticultores tengan que usar los fungicidas, así que ya que hay que aplicarlo queremos ver cómo reducir la contaminación que llega al suelo y a las aguas y estas enmiendas te permiten inmovilizar y reterner la contaminación", explican Sonia Rodríguez y Jesús Marín.

En concreto, se han utilizado tres tipos de enmiendas: el sustrato postcultivo del champiñón, el compost vegetal con restos de poda de parques y jardines de Salamanca y los restos de poda de la vid. Para aplicarlos, han recogido columnas inalteradas del suelo tal cual estaba en las parcelas de ambas zonas del estudio, que se han llevado al laboratorio del Irnasa con la misma estructura que tiene en origen. Una vez allí, se han usado las enmiendas de dos formas diferentes: por un lado se ha mezclado el residuo orgánico con el suelo y, por otro, se ha puesto como barrera en la parte superior de la columna y después el suelo sin alterar. Posteriormente se han aplicado los tratamientos fitosanitarios y se ha sometido a la columna a un proceso de 'lavado' simulando ciclos de lluvia intensa "porque es el peor de los escenarios que nos podemos encontrar, en aquellos casos en los que no haya tanta lluvia o no tan intensa los resultados serían todavía mejores. Cuanta más agua, más contaminación llega al suelo y a las aguas subterráneas".

Y lo que se ha visto es que estas enmiendas orgánicas funcionan y reducen la presencia de los fungicidas en el suelo, sobre todo cuando se aplica como barrera. "Hemos visto que cuando se usa como barrera la inmovilización es más grande que cuando se aplica mezclado con el suelo", añaden. De los tres residuos utilizados, el sustrato postcultivo del champiñón es el que tiene una mayor capacidad de retención.

El siguiente paso es modelizar los procesos que se han observado en el laboratorio para tratar de optimizar las dosis de enmienda y reducir al máximo posible la contaminación, ver cúal de los residuos orgánicos sería el mejor para disminuir el comportamiento de los fitosanitarios, y ver cuál favorece mejor la fertilidad del suelo y el incremento de la materia orgánica, porque "el suelo de viñedo suele ser muy degradado con poca materia orgánica". 

"Aparte de prevenir la contaminación queremos valorizar los residuos orgánicos y la cantidad de materia orgániza del suelo. España es una zona que tiene suelos muy pobres en materia orgánica y con estas enmiendas incrementamos el contenido en materia orgánica, que favorece la fertilidad del suelo y eso favorecerá la producción del cultivo y este residuo también mejora las propiedades físicas del suelo, que tendrá más porosidad y drenará mejor", concluyen los investigadores.

1 comentario

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usuario anonimo 5/16/2025 - 12:24:28 PM
No hay mencion de las respiestas de los micro organismos del suelo y la habilidad de algunos de eliminar la contaminación?
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