Los exediles de Vox en el Ayuntamiento de Salamanca, Alejandro Pérez de la Sota y María Carpio, se han pronunciado acerca de las recientes decisiones políticas en su entorno: la propuesta de la secretaría del Ayuntamiento de reconocerles la condición de concejales no adscritos y las valoraciones del partido aplaudiendo la decisión municipal y corroborando a Ignacio Rivas como su representante consistorial. 

Según ambos concejales, Vox "ha preferido desautorizar directamente a dos concejales que estábamos cuestionando actuaciones del grupo municipal, con total lealtad y solo por motivos de legalidad y trasparencia, antes que aclarar definitivamente los hechos". De acuerdo a un comunicado de prensa, el partido ha "preferido también hacer desaparecer su grupo municipal" en el Consistorio "antes que afrontar los hechos que estábamos poniendo de manifiesto, corregir las situaciones inadecuadas que pudieran existir, y continuar con su actividad dentro del Ayuntamiento de Salamanca en representación de la ciudadanía".

Estas palabras aluden a la reciente comparecencia de los dos concejales denunciando la situación de crisis interna del partido en Salamanca y reclamando la intervención nacional en pro de más democracia interna.

Los dos concejales añaden que Vox "no se ha puesto en contacto en ningún momento con ninguno de nosotros durante estos días" e insisten en que "seguiremos trabajando conjuntamente como equipo, para hacer valer el programa por el que recibimos la confianza y el mandato de los votantes en mayo de 2023, cumpliendo con la obligación de trabajar por Salamanca y por todos nuestros vecinos, y con el compromiso de aclarar toda la situación previa del grupo municipal".

A nivel organizativo, el grupo municipal de Vox se disuelve porque el reglamento interno del Ayuntamiento exige contar con al menos tres ediles para constituirse como tal. Ignacio Rivas, por tanto, queda incluido en el Grupo Mixto, mientras que De la Sota y Carpio continúan como no adscritos.