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María Vázquez: "Las cuidadoras y las luchadoras del día al día son las que sostienen nuestra sociedad"

La actriz viguesa vuelve a los Goya gracias a su papel en 'Matria', una historia que desmonta el mito de la meritocracia adentrándose en la precariedad laboral de muchas trabajadoras gallegas

María Vázquez: "Las cuidadoras y las luchadoras del día al día son las que sostienen nuestra sociedad"
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
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Obrera de la profesión, María Vázquez (Vigo, 1979) es de esas caras que permanece presente en la mente del espectador español porque su presencia en una ficción, incluso en pequeñas dosis, hace que una escena funcione. María tiene esa habilidad, que siempre acompaña de una gran dosis de trabajo, de dar a sus personajes un brillo que trasciende a ella misma, incluso en interpretaciones como la de Inés en las Mataharis (2008), que le supuso su primera nominación al Goya. Dieciséis años después, vuelve a estar nominada como Mejor Actriz Protagonista por su papel en 'Matria' donde, a base de mucho frotar, da vida y lustre a otra obrera, Ramona, de esas que hacen que sea el mundo lo que funcione. Una trabajadora cuya profesión es aquella que le dé de comer en el momento y que vive atrapada en esa rueda de hámster que es una sociedad en la que la única manera de vivir es sobrevivir.

PREGUNTA: Para quien todavía no haya visto la película, en 'Matria' interpreta a Ramona, una trabajadora gallega todoterreno. ¿Quién es Ramona? ¿Cómo la describe?

RESPUESTA: Ramona es una mujer, como muchas otras obreras, que lucha diaria por sobrevivir, por dignificar su profesión y su vida, por dignificar a estas cuidadoras y a estas luchadoras del día al día, que al final son las que sostienen nuestra sociedad. Sin esas mujeres que hacen esos trabajos precarios, el resto no podría tampoco hacer nada.

P: Ramona es una mujer con mucho carácter, ¿se identifica con ella algún aspecto?

R: Sí, claro, muchas cosas. Yo también tengo carácter y saco rabia cuando veo que la vida es injusta. No solo conmigo, sino también con el resto. También en el sentido del humor, que yo creo que Ramona tiene un sentido del humor muy peculiar y muy gallego y hace broma de lo duro y difícil. Y me siento identificada con la obrera, porque yo reivindico mucho la actriz obrera, porque muchas veces parece que 'actriz' va ligado a 'glamour' y alfombras rojas, cuando la realidad es que solo el 7% de quienes se dedican a esto vive de la profesión, y de actrices, el 4%.

P: La película hace sentir agotamiento al espectador mientras la ve: Ramona limpia, sale a faenar con el barco, cuida a un anciano, es ama de casa, madre... ¿Cómo ha sido el proceso de preparación para la película?

R: Al ser una película en la que parte del elenco no son profesionales, sino que es gente con la que se ha rodado dentro de su ámbito, para mí era muy importante que todo lo que hiciera no desentonara con la gente real que hace ese tipo de oficios. También por respeto a la película, para darle la realidad y credibilidad necesaria. Álvaro [Gago] y yo empezamos a trabajar casi un año antes de rodar. Trabajamos duro ese año: fines de semana, yendo a las bateas con el barco con el bateiro, yendo a la fábrica de conservas... Todo para hacerme con los oficios y con el ambiente de las mujeres de allí y hacer piña con ellas. Yo era la externa y tenía que meterme en su mundo, trabajar en la fábrica y que me acogieran como una más. Y así fue. De hecho, son mis amigas, las llevo en mi corazón para siempre. Fue mucho trabajo de inmersión también con la lengua, porque era una manera de hablar de un gallego que no tiene que ver con el de mi zona. Tuve una lingüista y después de tres meses allí viviendo y hablando así todo el día, mis hijos me decían "¿qué te pasa? ¿por qué hablas así?". Y yo, "porque lo necesito".


Frame de la Película 'Matria'. 

P: Esa situación que vemos en la película de trabajadoras mal pagadas, casi en situación de precariedad, ¿es tan real como presenta la película?

R: Sí, sí, tal cual. Persiste allí y luego, al pasar la película en otros sitios, hemos visto que en Andalucía funcionaba muy bien porque también muchas mujeres obreras de allí se identificaban. Son realidades que reflejan la situación de muchas mujeres que, además, se sentían muy contentas de que su problemática se muestre en una ficción.

P: En el plano anímico, la película muestra a una mujer en un círculo vicioso de malas decisiones, impulsividad... ¿Cómo ha sido meterse en ese papel que desde un punto de vista psicológico es tan complejo?

R: La verdad es que para mí ha sido un regalo, porque ha sido un aprendizaje. Al final yo vivo en un mundo mucho más privilegiado, aunque sea una obrera de mi profesión. Igual desde fuera puedes prejuzgar a este tipo de personajes y pensar que toma malas decisiones, que es verdad, pero es que, realmente, las oportunidades, cuando estás en la mierda, son muy pequeñas y nos engañan con esto de la meritocracia y que uno lucha y tal y puede salir. Pero es muy complicado salir de la precariedad, que es estructural. Y creo que no hay mayor desigualdad que la de clase. Desde fuera y desde un privilegio lo vemos muy fácil. "¿Por qué esta señora hace esto y dice esto?". "¿Por qué no se va antes?". Ostras, porque cuando te crees una mierda es muy difícil ver un poquito de luz y quererte un poquito y saber querer.

P: Hasta que se rompe la rueda...

R: Sí, yo creo que es importante dar ese mensaje de que se puede salir de la rueda, aunque sea muy, muy, muy difícil, porque si no, apaga y vámonos. Es necesario dar esa visión de esperanza.

P: En esta película, usted sale en todas las escenas. No tiene un respiro. ¿Realmente lo ha vivido como un trabajo tan gigante como se percibe?

R: Salgo en todas las escenas y en todos los planos, menos en uno. La verdad es que no me di cuenta tanto hasta que la vi por primera vez. No era consciente mientras la hacía, estaba muy metida en el personaje y en la historia y con la directora de foto [Lucía C. Pan], que era como mi alma gemela. La gente me dice "¿cómo es tener la cámara tan cerca?". No era consciente, porque tenemos tanta química, hemos currado tanto juntas, que para mí era como una extensión de mí misma. Cuando vi la peli y vi la cámara tan encima y tanto rato, me decía "¡Qué horror, no me quiero ver tanto!".

P: En lo personal, esta película le está dando satisfacciones. Ganó la Biznaga de Plata en el Festival de Málaga, también en Skopje (Macedonia del Norte). ¿Es de las que disfruta de estos momentos o prefiere mantener a raya las alabanzas y centrarse en el trabajo?

R: Bueno, yo creo que se puede hacer las dos cosas. Lo estoy disfrutando muchísimo, porque es una alegría, pero también con los pies en el suelo, sabiendo que tampoco quiere decir nada. Hay muchísimos trabajos estupendos que se quedan fuera de los premios. Es un poco una lotería, que en este caso es una lotería doble, porque una película pequeña y en gallego para mí es un orgullo poder estar ahí y lo disfruto, pero sin ponerme expectativas y con toda la tranquilidad que da la experiencia, porque con mi edad ya lo vives de otra manera.


Frame de la Película 'Matria'.

P: Está nominada al Goya 16 años después de aquel papel en 'Mataharis'. ¿Nerviosa?

R: No, la verdad es que estoy tranquila. Hasta se me había olvidado. Un día, llegué a otra entrevista, porque estrené 'Honeymoon', y fue como "bueno, estás aquí con la nominación..." Y yo "¿nominación?, ¡ostras, que estoy nominada!". Y se partía el periodista. A ratos me acuerdo y digo ¡ay, qué guay! y a ratos se me olvida, porque también la vida sigue día a día, la familia... Sí que noto que lo estoy disfrutando más que la otra vez, que era más joven, me superaba todo y ahora lo veo con perspectiva. Sé que hoy estás arriba, luego abajo y se trata de eso, de resistir las subidas y bajadas con equilibrio mental, que es lo más difícil.

P: ¿Ha visto las otras películas que compiten en su categoría? ¿Qué le parecen?

R: ¡Sí, todas! Pues una maravilla. Yo digo que este año también hay muy buena salud en el cine español y mucha diversidad en género, en idiomas. Me parece una alegría. Como dijo Esti [Urresola] en su discurso de los Forqué, no somos competencia, somos aliados, que el éxito de unos es de todos y que estar ahí ya es muchísimo. Incluso no estar ahí, porque hay muchas películas que no han llegado a los Goya, que son buenísimas y me puedo acordar de 'O Corno' que ganó en San Sebastián y solo está nominada con Actriz Revelación, y es un peliculón. Tenemos que darnos unos a otros el valor que merecemos más allá de los premios y la competencia que nos dan. Tampoco esto es Estados Unidos como para que nos pongamos locos a competir.

P: Estuvo en la Semana Internacional de Cine de Valladolid en 2022 con 'O Corpo aberto'. ¿Cómo fue la experiencia?

R: Pues me encantó. A la Seminci había ido hacía muchos años con Montxo Armendáriz. Y la verdad es que no me había coincidido más veces y es un festival que me gusta mucho, que me trae muy buenos recuerdos porque con Montxo fue mi primera película, 'El silencio roto', y fuimos porque le hacían un homenaje. Siempre he seguido el festival desde hace muchos años y me lo pasé muy bien. Valladolid es una ciudad 'superacogedora' que le tengo muchísimo cariño y me hace mucha ilusión volver. Además, tengo amigos allí que van a estar haciendo una fiesta pase lo que pase, así que, muy feliz y con muchas ganas.

P: Por último, no ha parado de trabajar este 2023, también 2022 y tiene proyectos en desarrollo. ¿Nos puedes contar algo de alguno de ellos?

R: Sí, he estrenado el 12 de enero una película que se llama 'Honeymoon', de Quique Otero, que se rodó en Galicia también, con Natalie Poza y Javi Gutiérrez de protagonistas. Es yna 'road movie' de segundas oportunidades, que tiene un género muy sorprendente. Estreno en marzo también 'Pequeños Amores', de Celia Rico, una película que protagonizo con Adriana Ozores, que hacemos de madre e hija. Y me queda por estrenar otra película que se llama 'Alumbramiento', de Pau Teixidor. Y empiezo ahora una serie. Y bueno, la verdad es que han sido años muy fructíferos y se vienen cosas, como dicen en las redes.