Una sentencia más que se mantiene en Salamanca tras la entrada en vigor de la ley de Libertad sexual conocida como ley 'solo sí es sí'. A 8 de marzo, la Audiencia Provincial de Salamanca ha informado de dos casos más en los que no se modifica la sentencia original en casos de violación y agresiones sexuales. 

En primera instancia, se ha comunicado el "no ha lugar" de la sentencia a un hombre por abusos sexuales y exhibición de pornografía a la hija de su pareja en aquel momento (2010) y una amiga de ésta, las dos menores. 

La sentencia original, dictada con fecha de septiembre de 2020, condenaba al hombre mayor de edad como autor de un delito de abuso sexual a la pena de dos años de prisión y como autor de un delito de exhibición de material pornográfico a menores a la pena de seis meses de prisión. 

SEGUNDO CASO, VIOLACIÓN A LA HIJA DE SU PAREJA

La sentencia se remonta a mayo de 2006, cuando la Audiencia Provincial condenó a un varón como autor de un delito de agresión sexual a la pena de cuatro años de prisión y como autor de un delito de violación a la pena de 12 años de prisión. 

Asimismo, se impedía al acusado aproximarse a la víctima, a su madre y hermana, así como a cumicarse con ellas, durante un plazo de cinco años por cada delito a contar desde la extinción de la pena de prisión. 

Posteriormente, llegando el caso al Tribunal Supremo, se condenó al susodicho como autor del primer delito a la pena de dos años de prisión y como autor del segundo delito a la pena de ocho años de prisión. 

HECHOS PROBADOS

El condenado, de 35 años de edad, convivió durante diez años, como pareja de hecho estable con una mujer que tenía dos hijos de su anterior matrimonio. 

En febrero de 2004, aprovechando, según dicta la sentencia, la "momentánea ausencia del domicilio familiar" de su pareja, entró en el dormitorio de la menor de 15 años, la cual se encontraba acostada. 

Primero se puso a hablar con ella en actitud insinuante, "acariciándole el pelo y diciéndole que no se pusiera nerviosa, que no le iba a pasar nad amalo". Al ver la actitud del violador, la niña comenzó a llorar, momento en el que éste se bajó los pantalones y "se echó sobre ella". 

La menor tuvo la capacidad de forcejear con el hombre, tratando de resistirse. Éste venciendo por la fuerza, "comenzó a realizar tocamientos libinidosos por todo el cuerpo, introduciendo uno de sus dedos por la vagina de la agredida". 

Acabó amenazándola: "Le advirtió que no dijera nada a su madre o las mataba a las dos". 

Con el miedo de que pudiera cumplir su amenaza, la joven no contó nada a su madre, hasta que meses después, la escena se repitió. La joven trató de evitarlo, pero quedando indefensa en un momento, el acusado "sacó el miembro viril para ponerlo a la altura de la cara" con la intención de conseguir una felación. Ella no abría la boca, pero él le dijo que no si no lo hacía la mataría. 

Con todo y con ello no lo consiguió, por lo que "agarrándola del cuello", "se bajó el pantalón y la penetró vaginalmente". 

A partir de este momento, la víctima sufrió "acusada tristeza y depresión, negándose a asistir al colegio, a salir de casa y aludiendo la presencia del acusado". 

Finalmente, la menor se lo contó a su madre y juntas denunciaron.