Un total de 19 personas fallecieron por COVID-19 en Castilla y León durante la última semana, tres menos que la semana del 23 al 30 de agosto. Mientras tanto, el número de nuevos contagios vuelve a la senda descendente y cae un 13,7 por ciento en los últimos siete días, hasta los 1.452.

Los fallecimientos en los hospitales se repartieron entre los cuatro que se produjeron en Ávila para un total de 578, los tres de Zamora (675) y el mismo número en Segovia (462). En Burgos (1.093), León (1.676) y en Salamanca (1.191), se registraron dos y uno en las provincias de Palencia (705), Soria (379) y Valladolid (1.682), según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad y recogidos por la Agencia Ical.

En cuanto a los nuevos contagios, se contabilizaron 300 durante la última jornada, de los que 200 fueron diagnosticados el día anterior. Salamanca se situó a la cabeza con 73, por delante de Valladolid (72), León (50), Palencia (38), Zamora (23), Burgos (18), Ávila (14) y Soria y Segovia, ambas con seis.

Por otra parte, el número de brotes activos se incrementó hasta los 17, cuatro más que la semana anterior. Salamanca se sitúa a la cabeza con cinco y 59 casos relacionados, por delante de Valladolid y Zamora, ambas con tres brotes y 54 casos. En Soria no figura actualmente ningún brote activo, dos se notifican desde Ávila (32) y uno en Burgos (4), León (3), Palencia (9) y Segovia (1).

En la última semana los facultativos de los hospitales de Castilla y León dieron el alta, tras haber superado el COVID, a un total de 197 personas, para un total de 50.861 altas desde el inicio de la pandemia que se reparten entre los 3.181 en Ávila, 7.447 en Burgos, 9.293 en León, 3.906 en Palencia, 6.568 en Salamanca, 2.742 en Segovia, 2.039 en Soria, 12.078 en Valladolid y 3.607 en Zamora.

Por lo que se refiere a la situación en las residencias de mayores, en la última semana no se contabilizó ningún fallecido, por lo que la cifra de víctimas mortales se mantiene en 1.297. No obstante, se contabilizó otro muerto de estos centros en los hospitales, por lo que se amplía esa cifra hasta los 2.065, con lo que en total, confirmados por COVID desde el arranque de la pandemia, murieron 3.362 internos.