Nueve kilómetros para enamorarse del Camino de Hierro: así es el nuevo recorrido corto paso a paso

La Diputación ha habilitado una nueva forma de vivir este itinerario con menos distancia y el mismo encanto partiendo desde el casco urbano de La Fregeneda

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Trayecto corto del Camino de Hierro (Fotos: A. Santana
El autor esIsabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 4 min.

Hasta hace apenas 40 años en el oeste salmantino se oía el chirriar de los raíles al paso de las locomotoras. Ahora los trenes no han vuelto a cortar el agreste paisaje de la zona, pero han dejado su huella en forma de vía férrea, que, tras años en desuso ha vuelto a tener mucha vida con la creación del Camino de Hierro en 2021.

La Diputación de Salamanca puso en marcha esta iniciativa turística para recuperar una vía construida entre 18 y 18 para unir la provincia salmantina con Oporto y el camino transcurre entre la antigua estación de La Fregeneda y el muelle de Vega Terrón, en la frontera con Portugal. En total, una ruta senderista de 17 kilómetros entre túneles y puentes sobre desfiladeros que conjuga la grandio­sidad de la ingeniería civil del siglo XIX y el espectacular paisaje que han conformado los ríos Águeda y Duero.

Sin embargo, con el objetivo de hacer más accesible el camino para un público más amplio y, a la vez, integrar el casco urbano de La Fregeneda en el recorrido, se ha habilitado un nuevo trayecto corto, que se acaba de estrenar y que supone una nueva forma de descubrir su espectacular trazado y vivir toda la esencia de esta antigua línea ferroviaria. Ahora, nueve kilómetros bastan para dejarse llevar por la magia de esta vía y caminar entre hierro, traviesas, agua y naturaleza.

Para realizar este recorrido corto, al igua que el largo, es necesario reservar la entrada a través de la página web del Camino de Hierro. La visita comienza en el muelle de Vega Terrón, donde se recibe a los visitantes en el nuevo centro, recientemente inaugurado, y donde se entrega un chaleco y una linterna, necesarios durante el trayecto. Desde allí, un transporte traslada a los visitantes hasta el punto de inicio, ya sea la antigua estación para el camino completo o, en este caso, el casco urbano de La Fregeneda para el recorrido corto.

El paseo comienza frente a la Plaza Mayor del municipio, donde un cartel explicativo ofrece al visitante algunos detalles del camino que va a emprender. El primer tramo transcurre por el casco urbano de La Fregeneda y el conocido como Camino del Río, que lleva al visitante hasta la fuente romana de Pozabajo, donde se toma un sendero de alrededor de tres kilómetros hasta enlazar con el Camino de Hierro. Se trata de un trayecto entre almendros y olivos en continuo descenso hasta la antigua línea férrea que permite disfrutar de la naturaleza y de las vistas, tanto de los cañones del río Águeda como de algunas de las infraestructuras más emblemáticas del Camino de Hierro.

Uno de los puntos más interesantes y de parada obligada de este tramo es, sin duda, el mirador del Tumbo de la Caldera, desde donde se puede observar el paisaje pero también uno de los puentes de la vía, el del Arroyo del Lugar. Un punto en el que merece la pena detenerse y apreciar la grandiosidad del paisaje, pero también del tipo de infraestructuras por el transcurre el Camino de Hierro. También, muy próximo al punto de enlace con el camino se encuentra el mirador de Los Arrasayos, con espectaculares panorámicas de Las Arribes del Águeda.

Este primer tramo del recorrido corto enlaza poco después con el kilómetro 11 del Camino de Hierro, a la altura del túnel 15. En este punto hay unos aseos a disposición del caminante. Desde aquí quedan por delante seis kilómetros por la antigua vía del tren, un tramo que atraviesa cinco puentes y seis túneles en una pendiente muy suave.

El primer puente que atraviesa este recorrido es el puente de Los Poyos, de 135 metros de longitud. Después, se llega hasta el puente de Los Riscos y, ya casi al final del trayecto, se llega a uno de los más emblemáticos de esta ruta, el puente de Las Almas. Finalmente, se accede al puente del Embarcadero hasta que el camino desemboca en el Puente Internacional, en cuyo centro se encuentra la frontera entre España y Portugal.

Durante el recorrido por la antigua línea férrea, se transita entre chumberas, paredes de piedra, increíbles vistas sobre el río Águeda y seis túneles, algunos de los cuales de 200 metros de longitud y en los que es necesario el uso de la linterna.

Aunque no se trata de un camino de difícultad elevada, sí es necesario ir correctamente equipado, ya que el trayecto se realiza entre piedras, traviesas y los raíles del tren.

El camino termina a la salida del túnel 20, donde nos encontramos de frente con el Duero, el Puente Internacional y Portugal. Hemos regresado al punto donde comenzó este paseo, el muelle de Vega Terrón, el lugar en el que el Águeda, que nos ha acompañado durante todo el camino, desemboca en el Duero. Un cruce de caminos, un punto de encuentro entre dos países y un final para un trayecto que merece la pena descubrir.

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