En el pabellón Würzburg Silvia Domínguez se había sufrido hasta casi en cada partido y había la necesidad de ganar y también de respirar, tanto en el equipo como en la afición que igual que vive con pasión las victorias lo hace en las derrotas. Aunque si algo es elogiable en la 'marea azul' es la capacidad para recuperarse tras alguna decepción y puntuales a las 20.30 horas estaban en la grada azul dispuestos empujar a las suyas. Aplausos a las jugadoras, algún aficionado acercándose a Montañana al pasar junto al banquillo para dar ánimos y empuje y todos listos para el salto inicial.

También el presidente Jorge Recio cumplio con su habitual charla con la entrenadora repasando el momento, sensaciones y deseándose ambos buena suerte. 

Pese a algún suspiro de decepción con algún lanzamiento errado en el primer cuarto, después siempre apoyo a medida que el equipo se fue soltando prnicipalmente de mano de una Soriano, que entró para revolucionar un poco el cotarro y lo consiguió, e incluso después del descanso por fin se vieron algunas bufandas ondeando al viento.

En más de una ocasión el parón para las ventanas de selección no le han venido bien al equipo de Salamanca y daba la sensación de que alguna jugadora podía estar más pendiente de la maleta que de la pelota pero esta vez ni un 'pero' a la implicación general.

Empuje de todas porque todas participaron -aplaudida la aparición de Erikstrup a la que se nota la mejora en defensa que viene desde el trabajo oscuro y necesario para la adaptación-, también desde el banquillo jaleando a las compañeras, para sacar entre todas, entre todos, el partido adelante.