En tierras griegas, donde nacen los mitos, Perfumerías Avenida inició su aventura europea. Como Teseo descendiendo al laberinto de Creta, el equipo salmantino se adentraba en un territorio de desafíos y descubrimiento: la fase de clasificación de la Eurocup Women. Aún sin saber qué giros le depararía el camino, el conjunto de Anna Montañana confiaba en su propio hilo: la conexión entre jugadoras, la dirección y el aprendizaje tras los encuentros más recientes, especialmente el que se cedió ante Araski. 

El encuentro con la competición le pilló un poco frío a Perfumerías Avenida, al que le costó comenzar a carburar en ataque y también en defensa. Panathinaikos, más revolucionado quizá por aquello de iniciar el camino como local, encontraba facilidades y espacios en sus primeras acciones ofensivas, lideradas por Galanopoulus, que con un 9-2 obligaba al tempranero tiempo muerto de Montañana. La envergadura de Sendona Prince se presentaba como un reto ante el que había que encontrar soluciones ofensivas, porque cerraba bien los caminos al aro. Por fin, Vilaró rompía con un tiro de media distancia la sequía de ese inicio para situar el 11-4.

Faltaba movilidad en la circulación de balón y ese ritmo se fue ganando con el paso de los segundos. Zellous, con minutos medidos hasta entonces, comenzaba a sumar, y Cave aparecía también cuando surgían más espacios fruto de esa mayor velocidad en la circulación y la movilidad. Soriano acercaba a Avenida a dos puntos, y la mejora defensiva ralentizaba la producción ofensiva de un Panathinaikos que encontraba alivio solo en algún tiro in extremis. Stoupalova ponía por primera vez a las de Salamanca por delante (17-19). Un triple local cerraba el primer cuarto con ventaja ateniense, pero al menos Avenida ya había aterrizado en el duelo, había encontrado su hilo dentro del laberinto.

Mucho más igualado fue el segundo parcial, en el que las de Montañana tuvieron un par de oportunidades de abrir brecha. Que los triples se resistieran -1 de 9 en el minuto 18-, tuvo buena culpa de ello. En defensa, Avenida buscó con suerte desigual que Panathinaikos no resolviera rápido, que tuviera que pensar. El gran problema seguía siendo frenar a Sendona Rice, aunque las salmantinas buscaban un ritmo alto que no le convenía a la interior local.

Pese a no llegar a puntear algunos tiros liberados que el conjunto heleno resolvía con acierto, Avenida mejoró en el uno contra uno y llegó a mandar primero 29-33 tras una canasta de Arrojo y después 33-38 con cinco puntos consecutivos de Zellous. El intercambio final de triples -uno de Spreafico y un par de Krimili-, dejó el duelo muy abierto al descanso (39-41).

Fue mejor el inicio del tercer cuarto, sobre todo gracias a un par de buenas acciones defensivas de Arrojo anticipándose ante Sendona Prince. Cave resolvió los dos primeros ataques y un robo marca de la casa de Soriano, con canasta posterior, puso el 39-47 que forzó el tiempo muerto local. La chispa atrás encendía la mecha del ataque, y Avenida encontraba ritmo y confianza.

Soriano mantenía su momento, con otro 2+1 y una defensa de intensidad que situaba el 46-55. Su tercera falta era un contratiempo en un momento clave, pero Zellous tomó el testigo con cuatro puntos seguidos y, tras un triple de Vilaró, Avenida superaba por primera vez la barrera de los diez (46-58).

Tocaba sostener el empuje rival, cuidar el rebote -Cave seguía siendo una auténtica barredora- y no conceder facilidades atrás. Montañana rotaba buscando mantener la presión alta, y el plan funcionaba: al final del tercer cuarto, las de Salamanca mandaban 58-71.

El inicio del último cuarto trajo un nuevo reto: el típico arbitraje europeo que mira con lupa una zona más que otra. Las faltas sucesivas podían complicar el cierre, y Montañana pedía tiempo muerto para recalibrar la tensión del duelo.

Un robo de Soriano dio oxígeno, aunque Krimili acertaba con un triple de trece metros. Las respuestas de Meyers y Spreafico fueron un bálsamo (65-80, a seis del final). Pese al 6 de 20 en triples a esas alturas, Avenida había encontrado la llave y, en ataques posicionales, hacía daño con una Zellous que a menos de cinco minutos ponía el partido en manos salmantinas.

Los minutos finales se gestionaron con cabeza: ataques largos, control del ritmo y una última muestra de energía, con Soriano sumando dos canastas trabajadas bajo el aro y una asistencia a Cave que cerraba el duelo. 73-92 final y una sensación clara: el equipo ya ha tomado forma, ha encontrado su hilo.

Como Teseo, Perfumerías Avenida se adentró en el laberinto y supo encontrar la salida. El viaje por Europa acaba de comenzar, pero el primer paso, en tierra de mitos, deja la certeza de que este equipo está aprendiendo a caminar unido, siguiendo el hilo que lo guiará hacia su destino.