El obrador artesanal e inclusivo Berretes, ubicado en la calle Gómez Ulla de Salamanca cerrará sus puertas el próximo 11 de octubre. Así lo ha anunciado su creadora, Blanca Hernández, en un emotivo homenaje en redes sociales en el que se despide de sus clientes: "No es un adiós, es un hasta pronto", ha dicho.

La decisión llega tras casi cuatro años desde su puesta en marcha. "Este es el mensaje más duro que voy a dar nunca. Hace cuatro año nació Berretes con un sueño muy claro, demostrar que la excelencia en la pastelería y la inclusión podían ir de la mano. En este tiempo hemos empleado a más 30 personas, hemos estado en cientos de celebraciones y nos hemos consagrado como una de las mejores pastelerías de la ciudad. Pero detrás de todo esto hay una cara mucho más dura. El negocio lleva meses convaleciente y si no ha caído antes es porque los autónomos con tal de no ver nuestro sueño caer nos triplicamos si hace falta y eso ha tenido enorme en mi salud y mi vida personal", ha explicado.

En este sentido, ha asegurado que una de las principales dificultades ha sido "la inestabilidad del personal": "No hemos encontrado un equipo de personas con discapacidad estable y que quiera hacer de la pastelería un oficio a largo plazo". Además, ha criticado "la falta de apoyo real de las entidades de personas con discapacidad y que las instituciones hacen la normativa de los centros especiales de empleo desde un despacho y sin tener en cuenta las necesidades reales y de apoyo que tenemos en el día a día".

"En ningún momento me quejo del esfuerzo extra que supone trabajar con personas con discapacidad o de lo difícil que es emprender cualquier negocio hoy en día, eso ya lo sabía. He trabajado muchos años con personas con discapacidad, tengo un hermano con ella y tengo muchos autónomos alrededor que sufren día a día los estragos de emprender. Venía entrenada para ello, pero no venía entrenada para que pasara todo a la vez, tantas veces y que fuera todo tan volátil y tan inestable", ha explicado.

"Berretes ha muerto de éxito, la demanda fue tan alta desde el principio que nos desbordó y no nos dio tiempo a consolidar un equipo". Por ello, "prefiero cerrar ahora, de una forma programada, celebrando lo que hemos sido y disfrutando de la despedida con nuestros clientes que ya son familia, que tener cerrar un día a matacaballo y dejar tirados pedidos y clientes. El sábado 11 de octubre será nuestro último día. Ahora solo quiero meterme en la cama y descansar un mes o dos para recuperarme física y mentalmente de esto. Pero cuando eso pase pienso seguir luchando para dedicarme a lo que me apasiona de verdad, que es la pastelería y la formación y buscar nuevas formas de inclusión laboral más viables que no pasen por encima de mi vida personal y de mi salud".

Tras agradecer a clientes, trabajadores y a su familia, Blanca Hernández se ha despedido con un mensaje: "Se cierra una etapa dura y preciosa pero no se cierra lo que significa Berretes". "Este será para siempre el proyecto más bonito de mi vida. Esto no es un adiós, es un hasta pronto", ha concluido.