De Justo y necesario: el indulto de 'Buenasuerte' en La Glorieta

Una tarde marcada por la entrega y calidad del extremeño, el clasicismo de Ortega y la exigencia de los tendidos con Roca Rey

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El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 2 min.
Última actualización: 

La tarde en Salamanca tuvo nombre propio: Emilio de Justo. El extremeño firmó unagran obra con el cuarto toro de Garcigrande, un bravo ejemplar bautizado con acierto como Buenasuerte, que no se vino abajo en ningún momento y se ganó la vida eterna en el ruedo de La Glorieta.

Desde el inicio de rodillas hasta las últimas series sobre la mano derecha, la faena tuvo un hilo conductor de temple, ritmo y emoción que acabó elevando el 'ole' de los tendidos a lo más alto. El público, puesto en pie, pidió con fuerza el indulto, mientras De Justo seguía demostrando sobre el ruedo que la faena estaba destinada a ello. El presidente no tuvo más remedio que concederlo. Una página histórica para la feria con Buensasuerte abandonando el ruedo junto a los cabestros mientras De Justo daba la vuelta al ruedo en compañía del ganadero Justo Hernández. 

Antes, el propio De Justo ya había dejado su sello con el toro que abrió plaza, también de Garcigrande, un animal al que le costaba fijar y al que el extremeño supo someter con inteligencia y temple, especialmente por el pitón izquierdo. La entrega fue reconocida con una fuerte ovación tras petición de trofeo.

Cara nueva en Salamanca. Juan Ortega debutaba en La Glorieta y lo hizo con el clasicismo que lo distingue. Con el segundo, otro de Garcigrande noble aunque falto de motor, cuajó una faena llena de temple y torería que rubricó con una estocada y le valió la primera oreja de la tarde. En el quinto, frente al peor ejemplar, volvió a dejar destellos de su concepto pero sin posibilidad de mayor premio.

Roca Rey se topó con un lote desigual. Con el tercero, un toro noble y con recorrido pero falto de transmisión, dejó momentos de calidad, sobre todo por el pitón izquierdo, aunque la faena no terminó de romper. Hubo petición de oreja que no se atendió. En el sexto volvió a demostrar oficio y mando, pero no conectó con el ambiente de los tendidos que tras la ebullición de De Justo no encontró motivación y se redujo la recompensa a un silencio tras una buena estocada.

La corrida, marcada por el indulto de Buenasuerte, confirmó la categoría de Emilio de Justo, la torería de Ortega en su debut y la lucha de un Roca Rey que no encontró en Salamanca la conexión de la que venía haciendo gala. 

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