La Feria Taurina de Guijuelo bajó su telón con una tarde vibrante en la que se respiró entrega, emoción y toreo. Miguel Ángel Perera, Emilio de Justo y Manuel Diosleguarde conformaban un cartel de lujo para despedir la feria, y la plaza volvió a registrar una gran entrada en una cita que no defraudó.

El primero en abrir plaza fue Miguel Ángel Perera, que supo aprovechar las embestidas de Noticioso, un jabonero de El Puerto de San Lorenzo al que exprimió con oficio y temple. Su faena, seria y de gran mando, fue premiada con una oreja. Con el cuarto, Cubanoso, negro de La Ventana de El Puerto, Perera volvió a mostrar oficio y firmeza, pero sin redondear del todo la obra. Fue reconocido con una ovación con saludos.

La tarde se encendió con la actuación de Emilio de Justo, que dejó una faena de altos vuelos ante Sinfonía, chorreado de El Puerto de San Lorenzo. Toreo que caló en los tendidos para cortar dos orejas de peso. Con el quinto, Dengaillo, de capa negro mulato, mantuvo su gran nivel y volvió a conectar con la afición, logrando otra oreja que confirmaba su paso triunfal por Guijuelo.

El nombre propio de la tarde fue también Manuel Diosleguarde, que volvió a demostrar por qué es una de las grandes esperanzas de la tauromaquia salmantina. Su primer toro, Faisán, colorado maeano de Orive, embistió con calidad y nobleza, permitiendo que el salmantino lo toreara con elegancia y firmeza. La faena fue premiada con dos orejas, mientras que el toro recibió el honor de la vuelta al ruedo en el arrastre. Con el sexto, Tontito, Diosleguarde volvió a firmar una actuación rotunda, rubricando la tarde con otras dos orejas, desatando la euforia en los tendidos.

La última corrida de la Feria de Guijuelo se cerró con un balance de éxito y emoción, dejando como triunfadores destacados a Emilio de Justo y Manuel Diosleguarde, que salieron en hombros.