En el corazón de la Casa Museo Unamuno, entre muebles y objetos originales y estanterías repletas de libros subrayados, se conserva un archivo que respira historia, pensamiento y emoción: el conjunto de cartas que Miguel de Unamuno recibió a lo largo de su vida. Más de 25.000 misivas, muchas de ellas inéditas, conforman un retrato del tiempo que le tocó vivir.

A lo largo de su vida le escribieron intelectuales, políticos, estudiantes, exiliados o admiradores anónimos. Le escribieron en busca de consejo, de consuelo, de confrontación o simplemente para agradecerle su palabra. Las cartas que recibió, hoy conservadas por la Universidad de Salamanca, son un testimonio valioso no solo de su figura, sino también de la vida cultural, académica y social de la España de su época.

Un epistolario que es "una joya porque se escribía con gente muy variopinta y sirve para revivir la historia pero, también la economía, la filosofía, la política y la cultura de finales del siglo XIX y principios del XX", cuenta Ana Chaguaceda, directora de la Casa Museo. 

Emilia Pardo Bazán, María de Maeztu, los Machado, Blasco Ibáñez, Azaña, Gerardo Diego, Rubén Darío, Clara Campoamor o Niceto Alcalá Zamora son algunas de las personalidades que se escribieron con Unamuno y cuyas misivas se conservan en este centro. Pero también hay cartas de gente de todo tipo, de presos, de intelectuales, de gente muy normal de cualquier pueblo y muchas de gente que le da la enhorabuena por sus discursos y empatizan con él.

"En el epistolario hay todavía mucho sin trabajar y mucho material inédito". Por ello, no dejan de aparecer sorpresas. Un telegrama de Einstein o una carta del escritor H. G. Wells son algunos de los últimos descubrimientos realizados al amparo de una exposición que verá la luz en 2026 sobre la relación de Unamuno con la ciencia.

"Para esta exposición nos hemos ceñido en matemáticos, biólogos o químicos, porque era una parte muy desconocida. Se han trabajado más otras facetas y están saliendo personas a lo mejor más desconocidas pero muy famosa en su momento y muy interesantes. La idea se le ocurrió a la Unidad de Cultura Científica de la USAL y la verdad es que es fantástica porque hay poca gente que haya trabajado sobre este tema. Unamuno apenas escribió sobre la ciencia pero sí le interesaba esta faceta. Esto nos ha permitido demostrar que Unamuno era conocidísimo en toda Europa y en Estados Unidos. De hecho, cada vez que le pasó algo como cuando le condenaron a la cárcel o lo desterraron siempre se montaba mucho revuelo en la prensa europea y tenían miedo por lo que se puede decir fuera de España. Eso se demuestra en los libros dedicados", cuenta Chaguaceda.

El archivo personal que custodia la Casa Museo es uno de los más importantes del país por la unidad y por el volumen de sus fondos gracias a los más de 6.000 volúmenes en su biblioteca —2.000 de ellos dedicados y muchos otros anotados de su puño y letra— y un epistolario que abarca desde los años 80 del siglo XIX hasta 1936. Y es que Unamuno dejó muy bien conservado su archivo personal porque "lo guardaba todo", pero también el mérito es de su familia, que lo ha conservado y donado todo en bloque. "En algunos archivos personales la pena es que se lo reparten o lo malvenden y se pierde un poco el hilo y la familia de Unamuno ha tenido la idea de que esté todo junto y se abra a los investigadores", agradece la directora del museo.

Por ello, el museo recibe constantemente a investigadores de todas las ramas del saber que llegan para acercarse a la figura de Unamuno y su legado. "Fomentamos que la gente venga a investigar y saque nuevas visiones de Unamuno, no las típicas". 

La correspondencia femenina es uno de los hallazgos más reveladores: se han identificado 600 mujeres que escribieron al autor, muchas de ellas pioneras en sus estudios o figuras avanzadas para su época, pero también mujeres anónimas que le cuentan su vida y le piden consejo. "Esto ayuda a desmontar la imagen de un Unamuno arisco y atormentado. Las cartas muestran un hombre cercano, que contesta, aconseja y ayuda", señala la responsable del archivo.

No faltan curiosidades como las 'postalistas', como él las denominaba: mujeres hispanoamericanas coleccionistas que le enviaban tarjetas con sobre y sello incluidos para obtener su firma con un pensamiento manuscrito. Aunque Unamuno se quejaba del tiempo que le robaba, muchas de esas cartas las contestaba y otras no porque se conservan hoy en el archivo las postales con los sobres y los sellos.

Las cartas familiares, especialmente con su hija Salomé, reflejan un Unamuno preocupado por el bienestar de los suyos durante el destierro, pendiente de la economía doméstica y del futuro de sus nietos. Esa dimensión íntima y cotidiana resulta clave para acercar su figura a nuevas generaciones de estudiantes, que a menudo lo perciben como un autor lejano y decimonónico.

"Intentamos siempre dar una imagen de Unamuno íntimo y familiar, más desconocido. A eso también nos han ayudado mucho las películas, porque dan una imagen diferente de Unamuno y estamos rompiendo esa especie de rechazo que había en muchos sectores a Miguel de Unamuno por ser una persona decimonónica", apunta Ana Chaguaceda.

Ahora, el trabajo se centra en la digitalización del epistolario, que no se ha completado, y en la catalogación de todas las cartas, muchas de ellas aún sin descubrir. El trabajo de los investigadores en este campo es fundamental para llegar a sacar a la luz todos los tesoros que aún queden por descubrir. Por ello, desde el museo se anima a investigadores a acercarse con nuevas miradas. 

Gracias al cuidado de la familia, hoy se puede acceder a un fondo que no solo enriquece la figura de Unamuno, sino que ilumina un periodo crucial de la historia cultural de España y Europa. Un tesoro vivo que todavía tiene mucho que contar.