Pasear por las calles de Rollán ya no es lo mismo. Donde antes había viviendas vacías y cerradas ahora hay una segunda oportunidad, una ilusión para revitalizar el municipio. ¿La razón? Una iniciativa del Ayuntamiento que ha revolucionado silenciosamente este pequeño municipio salmantino: el Banco Municipal de Inmuebles, un proyecto que funciona como una inmobiliaria sin comisiones, sin intereses económicos, y con un único objetivo: dar una segunda vida a las casas vacías.

"Paseabas por las calles del pueblo y rara vez veías en las viviendas los carteles de 'se vende', pero nosotros sabíamos que estaban vacías. Entonces pensamos en darle un empujón y crear un banco municipal de inmuebles, hacer como una inmobiliaria pero sin cobrar nada porque nuestro objetivo es darle difusión para que esa vivienda pueda tener una segunda vida y sacar todas las viviendas vacías y cerradas para darle una segunda oportunidad", explica el alcalde, Leo Bernal, impulsor de la idea.

El funcionamiento es muy sencillo. El Ayuntamiento actúa como intermediario entre propietarios y personas interesadas, difunde las viviendas disponibles a través de sus canales de comunicación, sobre todo redes sociales. No cobra comisiones y no interfiere en los acuerdos de compra o alquiler. Solo quiere que las casas vacías no se pierdan en el olvido.

Y es que el objetivo de esta iniciativa es social, que las casas vacías del municipio se mantengan y no terminen en estado de ruina. "Dado el número de viviendas vacías del municipio y que hay gente que demanda vivienda y muchas no se ponían a la venta, pensamos una manera de solventar este problema", cuenta.

Cuando se lanzó el proyecto, en mayo de 2024, el equipo municipal no tenía claro que fuera a tener buena acogida. "Creíamos que no iba a tener mucha aceptación", admite el alcalde. Sin embargo, ocurrió justo lo contrario: "ha habido un efecto llamada porque pusimos las primeras viviendas y luego nos han ido llamando para poner más. Cuando han visto que se han alquilado o se han vendido, la gente se lo ha tomado en serio. El Ayuntamiento lo hace de manera altruista porque queremos un beneficio para el municipio", explica.

Uno de los anuncios publicados por el Ayuntamiento de Rollán en sus redes sociales

El objetivo final es claro: evitar que las viviendas vacías se deterioren, lo que genera problemas estructurales y, a la larga, altos costes para el municipio. "Lo que queremos es darle una segunda oportunidad porque si no esa vivienda dentro de unos años va a tener problemas de mantenimiento, se va a caer el tejado y eso para el Ayuntamiento es un problema,hay que realizar los expedientes de declaración de ruina y eso es muy costoso para ayuntamientos tan pequeños como el nuestro", asegura el alcalde.

Desde su puesta en marcha, este particular banco ha puesto a la venta una docena de viviendas, de las que "algunas se han alquilado y otras se han vendido". "Hay que estar muy encima del asunto pero empieza a dar resultados", cuenta Bernal.

El impacto ha sido tan positivo que otros ayuntamientos han contactado con el equipo de Gobierno para exportar la idea a sus municipios. Sin embargo, en Rollán ya piensan en ampliar el proyecto: "Queremos ampliarlo a otro tipo de inmuebles como los terrenos rústicos", anuncia el regidor.

Este banco inmobiliario ha llevado hasta Rollán a nuevos pobladores, nuevos vecinos que han aprovechado la oportunidad brindada desde la localidad para encontrar un hogar en el que crear un proyecto de futuro. "Han venido nuevos pobladores, algún vínculo pueden tener de amistades pero no son de aquí, y eso es lo que queremos", ha asegurado.

Lo que comenzó como una solución a un problema silencioso, las viviendas vacías que nadie vendía ni alquilaba, se ha convertido en un modelo de revitalización rural, una herramienta para luchar contra la despoblación en la España Vaciada y que los pequeños municipios sigan teniendo vida, tanto fuera como dentro de sus viviendas.