Los 40 años de Salamanca en la UE: "fue como si nos tocara varias veces la lotería"

El exalcalde Jesús Málaga, regidor en 1985, recuerda cómo la entrada de España en Europa transformó Salamanca y contribuyó a salvar sus monumentos

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Los 40 años de Salamanca en la UE: "fue como si nos tocara varias veces la lotería"
El entonces presidente del Gobierno, Felipe González firma el tratado de adhesión de España a la CEE en 1985. (Foto: W. Commons / Moncloa)
El autor esDaniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
Lectura estimada: 3 min.

Este 12 de junio, día de San Juan de Sahagún (también es casualidad) se conmemora el 40 aniversario de la firma del protocolo de adhesión de España y Portugal a la entonces Comunidad Económica Europea. El Viejo Continente se ampliaba hacia el sur y la península ibérica se asomaba al futuro. A día de hoy el proyecto europeo sigue sumando más apoyo que rechazo, pese a algunos altibajos como las crisis monetarias de la peseta o la amenaza de los 'hombres de negro' en 2008. 

Aquel 12 de junio Salamanca celebraba a su patrón con Jesús Málaga como alcalde. Los grandes tratados internacionales también influyen en el día a día y el regidor comprobó sus efectos de primera mano. Su valoración actual no puede ser más elocuente: "Para Salamanca fue como si le tocara varias veces la lotería".

En 1985 gobernaba Salamanca con mayoría absoluta y con una interminable lista de problemas llamando a la puerta, desde distritos enteros sin suministro de agua a calles embarradas y apenas urbanizadas. "Era tremendo", admite.

 

"No sabíamos ni por dónde empezar"

 

La cuestión patrimonial le preocupaba especialmente, porque el barrio antiguo "amenazaba con la ruina. Era como una guerra. Cuando había visitas a la ciudad no sabía ni por dónde llevarles", explica.

Ejemplos: desprendimientos en el tejado de la catedral, las cúpulas de la Clerecía y la Purísima amenazando con venirse abajo, un puñado de monumentos (San Blas, San Polo, San Román...) "que se caían", la Fonda Veracruz por el mismo camino, la Casa Lis amenazada por los constructores... si a esto se le suman "las cicatrices" de la Guerra de Independencia, aún abiertas 200 años después del conflicto, y que el antiguo barrio chino "era un sitio por el que no pasaba nadie", la conclusión estaba clara: "no sabíamos ni por dónde empezar". Por no haber, no había ni un Plan General de Ordenación Urbana, sino que "cada arquitecto" planteaba sus propias ideas. 

Parte del barrio antiguo de Salamanca en los años 80. La foto está recogida en el libro de memorias de Jesús Málaga, editado por Hergar Ediciones Antema.

Las autoridades locales hicieron lo que pudieron, como pedir recursos al Estado, sufragar reparaciones con fondos propios, acaudillar a otras administraciones para que se encargasen de algunos edificios y, sobre todo, tratar de concienciar a los salmantinos de que se jugaban la herencia patrimonial y el futuro. El propio Málaga salió con una hucha a la calle para que los vecinos fueran conscientes de que había que echar una mano. "Era angustioso. Podíamos haber perdido la identidad de la ciudad". 

 

Por qué Würzburg tiene un parque en Salamanca

 

Con este panorama, Málaga vio la entrada en Europa como una "oportunidad" para Salamanca. "Fue como si nos tocará la lotería varias veces", insiste, y no sólo por los recursos que llegaron (opina que "ni el Estado podría haberse hecho cargo él sólo" de todo lo que necesitaba Salamanca), sino también por las oportunidades culturales y la apertura al turismo. Fue "maravilloso" ver "cómo se ofrecieron a ayudar" otras ciudades europeas, entre las que cita a Nimes o a Würzburg, y cómo la idea de la Capitalidad Cultural empezó a tomar cuerpo, aunque hicieron falta dos intentos fallidos antes de que se consiguiese para 2002. 

Según el exalcalde "fuimos capaces de definir a la ciudad. Las ciudades son seres vivos, han de definirse y Salamanca tenía que hacerlo", hasta tal punto que sólo tres años más tarde, en 1988, fue declarada Patrimonio de la Humanidad y el Consejo de Europa acabó calificándola como 'una ciudad para vivir' "y ése es el premio más importante".

Hoy en día hay una generación entera de salmantinos que no saben lo que es vivir al margen de la UE, que no conciben tener que enseñar el pasaporte al cruzar la frontera y que han disfrutado de programas formativos como Erasmus. Y el primer paso se dio hace exactamente 40 años.

Más Info.

El año 85 dejó muchas otras noticias que hoy leemos con cierta nostalgia o incredulidad. Por ejemplo, fue el año que el Mariquelo retomó la tradición de subir a la torre de la Catedral para comprobar su estado.

Aquel año el Ayuntamiento expropió la Fonda Veracruz para centro de acción social (finalmente ha acabado siendo un centro de recepción de turistas) y compró la torre de Abrantes con la idea de convertirla en museo (hoy en día es un espacio expositivo, formativo y vecinal). Además, la Diputación restauró la Casa de las Viejas para que albergase la filmoteca regional, previsión que sí se cumplió. 

Entre los mayores borrones de 1985, uno que aún arrastramos: el 1 de enero se clausuró definitivamente la Vía de la Plata y aquel mismo año se convocaron las primeras manifestaciones de protesta. 40 años después, la ciudad y la provincia siguen pidiendo que se reabra.

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