Mujeres universitarias: pioneras que llegaron a la USAL para demostrar que el conocimiento no tiene género

El acceso de alumnas a la Universidad de Salamanca no se generalizó hasta los primeros años del siglo XX, aunque su incorporación fue lenta y paulatina

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Mujeres universitarias: pioneras que llegaron a la USAL para demostrar que el conocimiento no tiene género
El autor esIsabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 5 min.

Hoy en día las mujeres son mayoría entre el alumnado de la Universidad de Salamanca. Sin embargo, no siempre fue así. Hasta ya entrado el siglo XX no podían acceder a las aulas universitarias y hasta 1910 no podían matricularse en la universidad sin el consentimiento previo de las autoridades. Por ello, su incorporación a los estudios superiores fue gradual durante la primera mitad del siglo pasado.

No obstante, antes de eso, algunas pioneras desafiaron al sistema y pisaron con fuerza las aulas universitarias en distintas ciudades de España para demostrar que el conocimiento no tiene género. Y la Universidad de Salamanca no fue una excepción. Aunque anteriormente hay algunas mujeres que pisaron las universidades, no fue hasta final de siglo XIX que se inició el acceso femenino a los estudios superiores. En España, María Elena Maseras está considerada la primera mujer universitaria al acceder a los estudios de Medicina en la Universidad de Barcelona en 1872.

En el caso de Salamanca, Ángela Carraffa de Nava, con 14 años, se matriculó en el curso 1887-1888 en la Facultad de Filosofía y Letras. Su expediente es el primero de una mujer conservado en el archivo universitario salmantino, según recoge el artículo 'Universitarias en Salamanca en el primer tercio del siglo XX: cuantificación y perfiles' de María Luz de Prado y publicado por el CSIC.

Antes que ella, se cree que otras mujeres pudieron estudiar en la USAL, aunque hay pocas certezas sobre ello. Este es el caso de Teresa de Cartagena, "considerada la pionera en la escritura mística en lengua castellana y, probablemente, la primera mujer que pasó por la Universidad de Salamanca, pues en el prólogo de su primera obra hace alusión a que se formó en dicha Universidad 'los pocos años que yo estudié en el estudio de Salamanca'", según cuenta María Luz de Prado.

Casos similares son los de Beatriz Galindo o Lucía de Medrano y, en el siglo XVI destacan otras mujeres como Cecilia Morillas, "de la que se dice que cursó estudios de Filosofía y Teología y que tuvo notables conocimientos de idiomas, arquitectura, geografía, astronomía y matemáticas"; Álvara de Alba, "natural de Vitigudino que pudo estudiar en 1546 en su Universidad y publicó un Tratado de Matemáticas"; o Clara Clistera, que "ejerció la medicina en Salamanca en 1550, extendiéndose su
fama por el resto de España". "De la poeta y dramaturga Feliciana Enríquez de Guzmán cuenta la leyenda que quiso estudiar en la Universidad de Salamanca disfrazada de hombre. Y aunque se ha señalado que se licenció en cánones, no está confirmado documentalmente", según refleja el citado artículo.

No obstante, de lo que sí hay certeza es de que en los últimos años del siglo XIX algunas mujeres comenzaron a acceder a la aulas salmantinas. Además de la ya citada Ángela Carraffa, en 1892 Micaela Juanes Rollán, natural de Calzada de Valdunciel, inició los estudios de Filosofía y Letras, aunque no llegó a terminarlos. Ambas allanaron el camino para que en años posterior la presencia femenina fuera aumentando poco a poco.

Y es que el caso de la Universidad de Salamanca es particular. Si en el resto de España la carrera más elegida por las mujeres fue la de Medicina, en el Estudio charro fue Filosofía y Letras.

Tras el cambio legislativo de 1910 las matrículas femeninas fueron en aumento año tras año, aunque antes de eso, en los primeros años del siglo XX otras mujeres estudiaron en la USAL. Este es el caso de Teresa Iglesias Recio, que en el curso 1906-1907 se matriculó en el curso preparatorio de medicina y farmacia y obtuvo el título de Licenciada en Medicina y Cirugía en 1914, la primera mujer que se licenciaba en esa carrera en la Universidad de Salamanca, según María Luz de Prado.

En esos mismos años llegaba a la Universidad de Salamanca una de las mujeres más ilustres de las primeras universitarias, María de Maeztu, quien en el curso 1907-1908 se examinó por libre de materias de Filosofía y Letras y Derecho.

Teresa Iglesias y María de Maeztu fueron las dos únicas mujeres que cursaron estudios en la USAL en la primera década del siglo XX. En la segunda, entre 1911 y 1920, hubo tres mujeres en Filosofía y Letras, cinco en Ciencias Químicas, dos en Medicina y ninguna en Derecho. Por su parte, entre 1920 y 1930 se produjo un notable incremento de la presencia femenina en las aulas universitarias salmantinas, la mayoría, 32, en la Facultad de Filosofía y Letras, aunque también hubo 12 alumnas en Ciencias Químicas, siete en Medicina y una en Derecho. Finalmente, en la década de 1930 a 1940 hubo 22 alumnas en la Facultad de Filosofía y Letras, siete en la de Ciencias Químicas, dos en Medicina y una en Derecho, según los datos de De Prado.

Mujeres pioneras que en su mayoría procedían de clase media y que llegaron a Salamanca desde distinos puntos de España: "un elevado porcentaje (63,9%) fueron castellano-leonesas, en especial de Salamanca (37,1%) y Zamora (15,4%); seguidas de las vascas (5,1%), madrileñas (3%); andaluzas (3%); extremeñas (3%); castellano manchegas (2,06%); navarras (2%); y en igual proporción, aragonesas (1%); murcianas (1%); catalanas (1%) y asturianas (1%). Procedentes de Argentina llegó un 1% y de Cuba un 2%", recoge el citado artículo.

PROFESORAS

Pero no solo fue tardía la llegada de la mujer a la universidad como alumnas, sino que también tardaron en incorporarse como profesoras. La primera profesora de la Universidad de Salamanca fue, según De Prado, Petra de Prada, quien se licenció en Ciencias Químicas en Salamanca en 1927. "En el curso 1928-1929, fue profesora auxiliar temporal en la Facultad de Ciencias, Sección Químicas, convirtiéndose así en la primera profesora de la Universidad de Salamanca".

También entre las primeras profesoras de la USAL se encuentran dos alumnas de Filosofía y Letras. Por un lado, Francisca Pierna se licenció en 1930 y fue profesora auxiliar en la USAL desde abril de 1931 a octubre de 1933. Por otro, María del Carmen Rodríguez fue profesora ayudante y en 1932 profesora auxiliar de Lengua y Literatura Latina, "disciplina que enseñó durante tres años con un sueldo de 3.000 pesetas anuales", cuanta De Prado.

Y es que aunque hoy en día con se concibe una universidad sin mujeres, no siempre fue así y su papel quedó relegado e invisibilizado por la historia.

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