La demanda de domicilios y la oferta de negocios vacíos parecen llamados a encontrarse en un punto intermedio, transformando los que sobran en los que faltan. En opinión del presidente del Colegio de Arquitectos de León en Salamanca (Coal), Avelino Álvarez, la conversión de locales comerciales en viviendas es una tendencia que ha llegado "para quedarse".

El primer paso siempre es solicitar el Ayuntamiento un cambio de uso para el local en cuestión. Este 2024, a falta de apenas tres semanas para dar carpetazo al año, el Consistorio ha aprobado 24 peticiones al respecto. Es la cifra más elevada de los últimos ejercicios y confirma una tendencia sostenida: 7 solicitudes en 2020; 11 en 2021; 15 en 2022; 14 en 2023 y las ya citadas 24 en lo que llevamos de año.

Requisitos posteriores

¿Por qué sucede esto? Avelino Álvarez explica que el uso terciario "ha perdido fuerza en Salamanca" ante la proliferación de grandes centros comerciales, sin desdeñar la venta online, "y al final los locales han de salir adelante". Eso sí, aclara que "no en todas las zonas" de la ciudad "se pueden hacer viviendas, sólo en algunas" que no sobrepasen la densidad máxima de residencias autorizadas. En el centro, por ejemplo, "es muy difícil" cumplir ese requisito.

Una vez en posesión del permiso municipal, el deber de los arquitectos es conseguir que ese antiguo negocio "cumpla" con las exigencias de "habitabilidad". "Para eso debe tener unas dimensiones y unos tamaños mínimos", además de ventilación para la cocina y una "fachada suficiente" o un acceso a un patio interior "para que las habitaciones tengan ventanas... igual que cualquier otra vivienda".

Respecto al coste, prefiere no aventurar cifras, pero sí cree que "es menos" de lo que puede valer edificar una vivienda unifamiliar, porque en el fondo "es una reforma, como al tirar el interior de una vivienda y volverse a hacer nueva. El precio se ajusta, pero siempre es menos caro", concluye.