Por más que se viva no deja de poner los pelos de punta. Lo que consigue la afición de Perfumerías Avenida cada vez que se juega un encuentro de esta dimensión en Würzburg echa por tierra cualquier argumento sobre la frialdad o no de las personas de la meseta. Una caldera en ebullición, desde la entrega total al propio equipo y el respeto aunque siempre achuchando al rival, que es difícil que no contagie a quienes están en la pista.

Decía Nacho Martínez que en sus años como entrenador, en España y en el extranjero, en pabellones pequeños o en recintos como en Rusia con 8.000 aficionados, nunca ha vivido nada igual. De hecho asegura que si por él fuera mañana mismo aprobaba una resolución por la cual la afición de Perfumerías Avenida debe tener una estatua a las puertas del pabellón salmantino. Ganada a pulso sería. 

Una afición que sabe reconocer la entrega y también el buen baloncesto y por eso premia a las suyas. Juntos todos tienen una nueva cita, será el jueves y ahí que apoyar como lo que es: Una gran final.