Las telas, tijeras e hilos son los mejores amigos de Cristina Domínguez Iglesias. Una modista salmantina dedicada en cada pespunte a la Semana Santa. De su taller salen las vestimentas cofrades de muchos salmantinos y de algunas de las imágenes.

Domínguez ha puesto a punto el atuendo de tres generaciones. Abuelos, padres e hijos que confiaron en las manos experimentadas de una de las costureras más populares de la capital. Las nuevas generaciones toman el relevo de este dedicado y pasional oficio.

Nos recibe entre hábitos, capirotes, aguja y prisas. No queda nada para dar comienzo a la semana de Pasión, apenas duerme, "hay días que trabajo hasta las cuatro de la madrugada".

Cose para todas las cofradías, hermandades y congregaciones, pero no olvida sus inicios, "mi madre me propuso diseñar un hábito para mi hija, Ana, siendo una bebé y para mi hermano", desde entonces han pasado cuarenta años. 

A los dos años llegó el primer pedido para la Dominicana de la que es hermana. Cristina es también una de las primeras mujeres que cargó en Amor y Paz, "todo ha sido un recorrido por la Semana Santa". Para ella, una forma de vida, "un sentimiento, cada uno con el suyo", ahonda.  

Mientras habla, ultima las balconeras que este año harán que la calle la Rúa luzca engalanada. "Esta propuesta viene desde hace muchos años, por Manolo Calderón. Ahora, Francisco Hernández, presidente de la Junta de Semana Santa junto al alcalde Carlos García Carbayo la ha recuperado y hecho posible".

Una tela granate de gran caída que portará el escudo del Ayuntamiento y de la Junta de Semana Santa será expuesta en la calle este mismo jueves. "Se ha trabajado a contrarreloj para que todo salga en 15-20 días", diseño, bordado, corte de telas y muchos nervios. "Se ha hecho con el máximo cariño". Un proyecto que espera "siga creciendo". 

A Cristina el amor por la Semana Santa le sale por los poros, "me siento muy agradecida". Le gusta que todo esté a punto, "disfruto con todas las cofradías. Cuando entro en cualquiera de las iglesias me emociona ver al cortejo, siempre digo que son mis cofrades. Sobre todo los niños el Domingo de Ramos". 

En abril se cierra el ciclo y se vuelve a la normalidad esperando el año próximo. Una muestra de amor y cariño tras la cual existe un gran trabajo que, aunque a veces se olvida, es el encargado de ataviar las cofradías de nuestra Semana Santa, realizando la labor imprescindible de vestir a nuestros titulares con las mejores telas y decoraciones cofrades.