El proyecto municipal Savia Salamanca ha elaborado un nuevo audiovisual en el que el biólogo Víctor Pérez, de la Fundación Tormes EB, explica la metodología y medidas que la entidad ha desarrollado para el Ayuntamiento de Salamanca en el proyecto de Corredores Verdes que aspira a generar espacios naturales conectados entre sí siguiendo la ribera del Tormes. El vídeo puede consultarse a través del canal de YouTube de Savia a través del siguiente enlace.

El biólogo inicia este recorrido audiovisual explicando que las intervenciones tienen en cuenta dos factores previos: por un lado, el estructural, que tiene que ver con el uso que tiene el suelo; y uno de conectividad funcional, que es el relacionado con la capacidad que tiene la fauna y flora para "dispersarse" a través de las crías y las semillas.

Una de las acciones relacionadas con la fauna es la instalación de estructuras a gran altura para la nidificación del cernícalo vulgar, una especie de pequeño halcón de gran utilidad para evitar la proliferación excesiva de roedores y que suele encontrar su hábitat propicio en las zonas de cultivo.

Cambiando de ubicación, el especialista explica cómo se han colocado también "alojamientos" para insectos, réptiles o pequeños mamíferos en la zona oeste de la ciudad, donde en muestreos previos se había detectado falta de arbolado viejo que, con sus superficies agrietadas proporcionan refugio a este tipo de especies. 

El biólogo muestra también cómo se han construido estructuras que simulan la acumulación de piedra y tierra habituales en las tierras de cultivo. En el interior de estas estructuras se han instalado nidos que se convierten en atalayas  de caza para especies como el mochuelo común y también espacios habitables para otros animales como reptiles, insectos o caracoles.

Vegetación

En lo referente a revegetación, Víctor Pérez enfatiza, en primer lugar, "el cambio de paradigma" que Salamanca está experimentado, priorizando las especies silvestres en lugar del césped y favoreciendo, de este modo, la población de insectos y depredadores asociados, efectivos para la polinización y la lucha contra las plagas.

Con la inclusión de este tipo de plantas se reducen, además, las necesidades de riego o abono y se generan sistemas más complejos, donde se van solapando las floraciones.

El biólogo de la Fundación Tormes EB pone el foco en los beneficios de este tipo de vegetación por delante de los criterios estéticos que primaban anteriormente y destaca que la visión actual prioriza la naturalización de la composición y la distribución, "generando espacios más amables y ricos".

A lo largo del vídeo, se explican los tipos de especies vegetales plantadasen distintos puntos, dependiendo del tipo de suelo y  cómo, en terrenos con cubiertas vegetales muy escasas se han priorizado especies como la alfalfa o el melitotus para crear una cubierta herbácea que sujete el suelo y proporcione nitrógeno y luego mezcla de especies como tomillo, lavanda, almendros y membrillos, "que generan un conjunto trófico muy interesante de especies adaptadas y con un requerimiento muy bajo de agua".

En zonas con mayor profundidad y capacidad de retención de humedad, se han promovido formaciones como las del sotobosque de ribera del Tormes con álamos, sauces, fresnos o saúcos para generar biodiversidad.

Para finalizar el audiovisual, el biólogo alude también a las especies invasoras que pueden proliferar a través de estos corredores y la importancia de mantenerlas controladas.