La Hermandad de Jesús Despojado de Salamanca celebra este domingo, 26 de febrero, su Santo Vía Crucis, presidido por el mercedario Enrique Mora, que este año tiene un carácter especial, pues se cumple el XV aniversario de la hermandad.

Acompañado de la Iglesia Diocesana de Salamanca y de los conciudadanos, el Señor invita a que los salmantinos se unan en oración por los necesitados, los enfermos, los mayores y, especialmente, por la paz del mundo, en estos momentos tan necesaria.

Han partido a las 17.30 horas de su sede canónica, la Parroquia San Sebastián, para continuar por Plaza de Anaya, Rúa Mayor (visita y rezo de la Estación con la comunidad de las ministras de los enfermos), Rúa Antigua, Compañía y Plaza de San Benito.

Seguidamente se ha continuado por Calle Prado, Calle Prior, Plaza de Monterrey, Calle Bordadores, Calle Úrsulas, Capilla de la Vera Cruz, Calle Domínguez Berrueta, Calle Ramón y Cajal, Plaza de las Agustinas, Calle de la Compañía, Rúa Antigua, Calle Francisco Vitoria, Calle Benedicto XVI, Plaza de Anaya y Parroquia de San Sebastián.

Previo al inicio del Vía Crucis, se ha hecho una oración inicial en la Iglesia. El Coro Regina Coeli y la Capilla Musical A. M. La Expiración han cantado en diferentes paradas a lo largo de recorrido y La capilla Musical la Expiración ha interpretando diferentes piezas mientras el paso va discurriendo por las calles de Salamanca. 

La oración 

"Como cada año, en esta tarde de Cuaresma nos disponemos a recorrer las estaciones del Vía Crucis acompañando a nuestra querida imagen de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras.

No vamos solos, sino que lo hacemos juntos, como Hermandad Penitencial, Sacramental y Mercedaria que somos y, por supuesto, como Iglesia. Llevamos semanas preparándonos para poder sacar a Cristo a la calle con la dignidad que él se merece. Pero, conscientes de nuestra fragilidad, le pedimos a Dios que nos ayude a preparar también nuestro interior para vivir con intensa fe los días santos que viviremos en la Semana Santa.

Señor Jesús, despojado de todo por amor, al llevar tu imagen por las calles de nuestra parroquia y de nuestra ciudad no queremos cumplir solamente una tradición o realizar un bello acto folclórico. Más bien queremos recordarle a un mundo que a veces te olvida o te ignora... que tú has dado la vida por el hombre, que has muerto en una cruz por amor y que has resucitado para darnos una vida nueva.

Por todo ello, te pedimos que en esta tarde avives nuestra fe en ti, para que no sólo sean las procesiones las que le recuerden a Salamanca que tú vives, sino que también nuestra vida y nuestro testimonio cristiano se conviertan en una imagen viva, en una procesión viviente que muestre a los hombres el amor que tu les tienes.

Acompaña Señor nuestros pasos alrededor de tu imagen y mantén encendida la llama de las antorchas en nuestra fe. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre, María Santísima de la Caridad y del Consuelo".

¡Amén!