Poner nombre y apellidos a aquellas mujeres científicas que la historia ha silenciado, a aquellas a las que no se le ha reconocido su mérito únicamente por el hecho de ser mujer. Este es el objetivo del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una jornada reivindicativa en la que se quiere poner en valor el trabajo femenino en un campo en el que no siempre la mujer ha estado 'bien vista'.

Y es que, aunque la situación ha evolucionado en los últimos tiempos aún queda mucho por hacer, mucho por reivindicar y mucho por transmitir a las nuevas generaciones para romper los techos de cristal y conseguir una igualdad efectiva en todos los campos, también en el de la ciencia.

Por ello, las investigadoras que trabajan en este campo cuentan la situación. Conchi Lillo es una de ellas. Es licenciada y doctora por la Universidad de Salamanca y una de las neurocientíficas más reconocidas en España. Además, lidera el grupo de investigación 'Trastornos degenerativos del sistema visual', que trabaja para conocer los mecanismos celulares y moleculares involucrados en algunos trastornos degenerativos del sistema visual y del sistema nervioso central, como la degeneración macular asociada a la edad.

Ella nos explica su percepción sobre la situación de la mujer en la ciencia, donde reconoce que "seguimos invisibilizando los descubrimientos científicos y aportaciones a la ciencia que hicieron muchas mujeres" y apuesta por la educación para acabar con los estereotipo de género.

- ¿Por qué es necesario celebrar este día?

Más que celebrar, considero que es un día para reivindicar el papel histórico de la mujer en el avance científico. A pesar de que se ha avanzado mucho en el reconocimiento de la mujer en todos los sectores profesionales en la actualidad, se siguen sufriendo muchas carencias. Una de ellas es que seguimos invisibilizando los descubrimientos científicos y aportaciones a la ciencia que hicieron muchas mujeres, a pesar de las dificultades que tuvieron que sufrir en épocas en las que las mujeres no estaban 'bien vistas' en este sector. Este día se conmemoró precisamente para sacar a la luz a todas esas mujeres que la historia y la sociedad han silenciado. También porque nuestros jóvenes deben tener referentes hombres y mujeres en todos los ámbitos profesionales, que vean que los avances científicos no se consiguen de la nada, sino que es gracias al trabajo de hombres y también mujeres con nombres y apellidos.

- ¿Cuáles son los techos de cristal de la mujer en la ciencia?

Desde que se hacen estadísticas del porcentaje de hombres y mujeres que se encuentran en distintos escalones en la carrera científica, se ha visto que, aunque el número de estudiantes mujeres en carreras con orientación científica es elevado, se produce un efecto tijera en las gráficas cuando miramos este número en puestos de responsabilidad (catedráticas, científicas titulares, jefes de grupo, etc.). A este efecto también se le ha llamado el de la tubería rota, una metáfora que trata de explicar que las mujeres nos vamos quedando por el camino y son muy pocas las que llegan a tener puestos de responsabilidad en su carrera profesional. Esto pasa en todos los sectores profesionales, en la ciencia también. Y, además, parece que los datos siguen siendo muy similares en los últimos años a pesar de que hoy en día la mujer está plenamente integrada en estas profesiones. El problema sigue estando en que, muy probablemente debido a los estereotipos de género que aún perduran en nuestra sociedad en relación con el papel de la mujer en la familia, y también debido a la presión social y familiar, es la mujer la que, en un momento determinado, decide dedicar más esfuerzos y tiempo a los cuidados familiares, perjudicando así su promoción. Ese momento de dedicación familiar coincide en la mayoría de los casos con el periodo de mayor productividad laboral, por lo que se vuelve muy difícil competir en igualdad de condiciones con los hombres que se dedican plenamente a crecer científicamente. Creo que son muchas las mujeres que deciden relegar esos puestos de mayor responsabilidad profesional porque la sobrecarga por la conciliación familiar les impide ascender profesionalmente.

- ¿En qué ha cambiado la situación de la mujer en la ciencia y qué queda por hacer?

Ha cambiado en que, a diferencia de lo que ha pasado históricamente, ya que hasta hace no mucho, la mujer tenía vetado el acceso tanto a la universidad como a la carrera científica, la mujer se encuentra plenamente integrada en estas profesiones y hemos conseguido escalar en poco tiempo. Aún quedan muchas cosas por hacer, entre ellas, y es algo científicamente demostrado, que se eliminen los sesgos de género en los procesos de selección y evaluación. Se ha comprobado que a igual curriculum, el o la evaluadora, otorga mejor puntuación a un hombre que a una mujer. Esto quiere decir que la mujer, para poder optar a un puesto, en igualdad de condiciones con un hombre, no solo tiene que ser buena, sino que además tiene que demostrarlo. Esto no le suele pasar a un hombre. Aún quedan por resolver este tipo de conflicto que está muy arraigado en la sociedad.

Otra de las cuestiones que habría que resolver es educativa, con el fin de tratar de eliminar en nuestros niños y jóvenes esos estereotipos femeninos y masculinos en la unidad familiar y en relación con los cuidados. Creo que seguimos teniendo un problema de educación, de concienciación de la sociedad sobre la igualdad de hombres y mujeres tanto en la vida laboral como familiar, y esto es algo que es tarea de todos. Seguimos en una sociedad con unas ideas de familia muy arraigadas y con poco o ningún apoyo de las instituciones y las administraciones públicas para facilitar la conciliación de la vida personal y laboral de las mujeres.

- ¿Qué mujeres merecen ese reconocimiento como referente en la ciencia?

En el mismo tipo de puesto, cualquier mujer se merece el mismo reconocimiento que un hombre, en cualquier ámbito. En la ciencia también. Uno de los hándicaps con los que nos encontramos es lo que comentaba antes, que la mujer no solo tiene que ser buena, sino que además tiene que demostrarlo. Afortunadamente, en la actualidad se están tratando de eliminar esas barreras de sesgo, pero tenemos que acostumbrarnos a pensar que los grupos de investigación están formados por hombres y mujeres en igualdad de condiciones formativas e intelectuales. De hecho, una de las reivindicaciones que hacemos las mujeres científicas es que se nos tiene que dar visibilidad todos los días del año, no solo el 11F, porque trabajamos todos los días del año.

El día 11 F ponemos caras a muchas, muchísimas de ellas, en parte porque se ha comprobado que en los libros de texto de Primaria, ESO y Bachillerato, faltan muchos referentes femeninos, sobre todo cuando nos referimos a aspectos relacionados con las ciencias (solo 1 de cada 20 referencias es una mujer). Si tuviera que hacer un listado de las mujeres que han aportado a la ciencia sería inabarcable. Ejemplos que me vienen a la cabeza: Rita Levi-Montalcini (premio Nobel y descubridora del factor del crecimiento neuronal), Lynn Margulis (bióloga que describió la teoría endosimbiótica de las células), Hedy Lamarr (en los años 50 sentó las bases tecnológicas del Wi-Fi y el GPS y también fue una estrella de cine mundialmente famosa), Francoise Barre-Sinoussi(Premio Nobel de Medicina en 2008 por descubrir el VIH en 1983) o nuestra Margarita Salas (una de las científicas españolas más importantes, descubridora de una enzima imprescindible para los test PCR y que fue discípula de Severo Ochoa). Entre muchas otras.

- ¿Sigue siendo la ciencia un territorio masculino?

Como comentaba antes, en los puestos de responsabilidad (Cátedras, Rectores, CEO de empresas tecnológicas, jefes de grupo de investigación), sigue siendo así. No lo es en el resto de puestos dentro de la carrera científica, aunque depende de las ramas STEM (las ingenierías, matemáticas, etc. siguen siendo mayoritariamente masculinas).

- Tu trabajo se centra en la investigación sobre los trastornos degenerativos de la vista, ¿por dónde va en estos momentos la investigación en este campo?

En nuestro grupo de investigación estamos interesados en estudiar los fenómenos que provocan pérdida visual en patologías como la degeneración macular asociada a la edad. Para ello utilizamos modelos celulares (en cultivo) que simulan las características de esta enfermedad con el objetivo de tratar de entender mejor estos mecanismos y, en un futuro, buscar terapias que atajen esta enfermedad desde el origen, ya que hoy en día no tiene cura definitiva.

- Un mensaje para todas las niñas que se quieran dedicar a la ciencia

Siempre que voy a colegios o institutos a hablar sobre mi trabajo (o la ciencia que hacemos en el laboratorio, hecha por hombre y mujeres), les digo que no sean ellas mismas las que se pongan las barreras, ya que lo solemos hacer. Solemos pensar que no estamos suficientemente preparadas o que no somos lo suficientemente válidas para tareas intelectuales, y para nada es así. Que se preparen, que estudien, y que si su objetivo es desarrollar una carrera científica, lo hagan con la certeza de que su género no condicionará hasta dónde puedan llegar, lo único que lo hará es su formación. También les digo que no permitan que nadie les reste valor o cuestione su conocimiento por el hecho de ser mujer, solo lo podrán hacer por su preparación.