Allí, el horizonte, cercano en nuestra retina, lejano físicamente, intangible. Allí, nuestro particular horizonte, en ese mismo lugar donde   el cielo y el mar se encuentran, donde suspendidos como nubes, guardamos, con recelo, nuestros anhelos, nuestras inquietudes y desvelos, para que el viento de la razón no los disuelva sin miramientos.

ÂżO simplemente una foto del mar en calma?

 

La intuición no es más que una respuesta aprendida de nuestro cerebro ante una situación similar a otra que ya vivimos, por lo tanto, el cerebro no sabe si es correcta o no la decisión que propone, por lo que no siempre lo será. No siempre la elección del camino a seguir será el oportuno, incluso, a veces, hasta que no lleguemos al final desconoceremos el desenlace, hallando el trayecto poblado de dudas y cubierto de plomizas amenazas.

ÂżO simplemente una foto de un día nublado?

 

Hay mañanas que aún no siendo diferentes de otras, y comprendiendo que lógicamente no pueden existir días iguales, amaneces con la tristeza como fiel sombra. No sabes el por qué, no encuentras modo alguno de animar el alma, te sientes solo en mitad de un monte yermo.ÂżO simplemente una foto de un arbusto?

ÂżDónde dejé mis acuarelas?, necesito con urgencia colorear mi día, y salir de esta jaula en la que se encuentra mi mente, recuperar la luz de espacios sin muros, respirar oxígeno creativo y que mis glóbulos rojos lo transporten por todo mi cuerpo.

ÂżO simplemente un paisaje urbano?

 

 

Siempre hay algo más tras la mirada, ya sólo sea belleza, armonía, emociones, momentos o historia.