Hubo de todo en el último partido del año en Würzburg Silvia Domínguez. Retraso en el inicio, problemas técnicos, lluvia de peluches, decisiones arbitrales difíciles de digerir, tensión, errores y mucho desgaste emocional. Pero, sobre todo, hubo una certeza que Perfumerías Avenida dejó grabada a fuego antes de despedir 2025 en casa: cuando el partido se vuelve caótico y el guion salta por los aires, nada mejor que poner el balón en manos jóvenes que no saben lo que es tener miedo.

El duelo ante Baxi Ferrol ya venía con aviso. Rival incómodo, bien trabajado, con cuatro jugadoras abiertas de forma permanente y una referencia exterior-interior como Melia capaz de castigar desde cualquier registro. Avenida, además, llegaba sin Cave, su pilar interior, y con el reto añadido de sostener la pintura con menos recursos. Todo eso se confirmó desde el salto inicial… y se multiplicó.

Porque el partido arrancó tarde y torcido. Muy torcido. Dos faltas rápidas de Tabdi obligaron a reajustes defensivos constantes, Erikstrup tuvo que asumir emparejamientos incómodos y Melia fue una pesadilla desde el primer balón. Mientras, Avenida no encontraba el aro: malas selecciones, tiros liberados que no entraban y una defensa de Ferrol con ayudas veloces que ahogaba cada intento. En cinco minutos el marcador era un 0-9 y Montañana tenía que parar el partido sin que su equipo hubiese anotado un solo punto.

El bonus llegó antes de tiempo, las faltas se acumulaban sin respuesta al otro lado y el ambiente empezaba a caldearse. Ni zona ni individual servían para frenar a un Baxi muy acertado y con confianza. El 2-16 reflejaba una superioridad clara y obligaba a Avenida a sobrevivir más que a jugar. El triple de Meyers fue un oasis en medio del desierto, pero el encuentro ya estaba enrarecido del todo cuando, tras una falta de Zellous y un intercambio verbal en pista, Lino López fue expulsado. Todo en apenas ocho minutos de baloncesto real.

Avenida cerró el primer cuarto con dos bases en pista, intentando recuperar orden desde la defensa, pero errores puntuales y un triple final de Ferrol dejaban el luminoso en un duro 11-23. Parecía uno de esos partidos que se escapan sin remedio.

Pero ahí apareció el primer giro de guion. Con Soriano e Iyana Martín compartiendo dirección, el equipo empezó a respirar. Las dos se repartieron la responsabilidad sin estridencias, con criterio, y Avenida encontró algo tan básico como el ritmo. Cuatro puntos rápidos, un triple de Martín y el marcador ya decía 18-23. El equipo corría, competía mejor el rebote y, aunque seguían cayendo faltas innecesarias, la sensación era distinta.

Cada posesión era una batalla física y mental. Avenida entendió que debía proteger a sus pívots y apostó por la zona pese al riesgo ante un equipo tan tirador. Funcionó. Iyana, con 19 años y una personalidad impropia de su edad, empezó a atacar cada ventaja, a romper líneas y a contagiar energía. El asedio se fue estrechando hasta el 25-27. Samson y Meyers intercambiaron triples, Spreafico empató el partido y Mous Tabdi, a pesar de la amenaza constante de las faltas, puso por primera vez por delante a las salmantinas. Würzburg rugía.

El descanso llegó con ventaja mínima para Ferrol (37-39), tras una técnica a Montañana que terminó de desquiciar el ambiente. Pero Avenida había ganado algo mucho más importante que el marcador: había recuperado la fe.

La segunda parte volvió a poner trampas. Melia anotó de tres, Mous respondió con tres canastas consecutivas y el partido se igualó otra vez. Sin embargo, Baxi encontró un nuevo filón explotando la superioridad física de su pívot y el acierto exterior. Un parcial de 0-10 devolvía el golpe y obligaba a otro tiempo muerto de Montañana. Otra vez a remar.

Y otra vez apareció la juventud. Con Soriano robando, con Iyana liderando, con ambas sumando nueve puntos en plena tormenta, Avenida resistió el castigo. El bonus volvió a aparecer demasiado pronto, pero el equipo no se descompuso. Un robo de Soriano, el triple de Meyers y Würzburg se vino abajo. El grito de 'MVP' para Iyana Martín fue tan espontáneo como justo. Avenida cerraba el tercer cuarto por delante (61-57) tras la canasta de Stoupalova.

Quedaba lo más difícil: sostenerlo. Joiner respondió de inmediato con un triple, pero Avenida entró al último cuarto con convicción. Stoupalova y Martín ampliaron la renta, Tabdi volvió a pista para sumar y Spreafico clavó un triple que valía oro. Ferrol, fiel a su plan, se la jugó al triple y al tiro libre. Joiner avisó con el 75-70 a menos de tres minutos del final.

Con las faltas ya equilibradas por fin, el partido entró en un final de alta tensión. Sin margen de error, sin red. Joiner volvió a acercar a Ferrol y entonces apareció la inteligencia. Iyana Martín atacó el espacio, forzó la falta y fue al tiro libre. Punto 26 en su cuenta. Sangre fría. Medio minuto por jugar. Melia respondió como pudo, dejando el marcador en un angustioso 77-75. Y otra vez la pelota fue a las manos adecuadas. Falta, línea de tiros libres, dos lanzamientos más. Dentro. Sentencia. Victoria.

Perfumerías Avenida cerró el año con una de esas victorias que construyen algo más que una clasificación. La ganó desde el sufrimiento, desde el desorden y desde la convicción de que hay talento joven capaz de sostenerlo todo. Iyana Martín y Claudia Soriano, 19 y 21 años, llevaron el timón cuando el barco hacía agua. Y el resto, con humildad y compromiso, se subió al carro. En Salamanca, pocas cosas ilusionan más que eso.