Soy el castillo de Trigueros del Valle.

Me dicen el castillo encantado y soy una auténtica fantasía para niños y mayores. Pero han de saber que soy una fortaleza con mucha historia. Reconstruida en el siglo XV, en 1453 pertenecía a la familia de Don Gutierre de Robles y María de Guevara, señores de Valdetrigueros, cuyos blasones nobiliarios adornan mi entrada.

Cuentan los estudiosos que, quizá, pudo haber una construcción anterior en un cerro donde hoy se asienta la ermita que, precisamente, se llama del castillo y domina todo el caserío pétreo de Trigueros. Sea como fuere soy un castillo bajomedieval construido al pie de una colina, con dos recintos fortificados. Una muralla flanqueada por cuatro torreones defiende mi edificio interior, donde se yergue altiva lo que queda de mi torre del homenaje, al pie de un gran patio de armas, amparado por gruesos muros y torres angulares.

En 1521 dentro de la Guerra de las Comunidades, la población de Trigueros -descontenta con los señores- pidió amparo al Rey, se reveló y tomó mi interior causando numerosos daños. Para evitar males mayores en sucesivas ocasiones se decidió ampliar mi seguridad construyendo el segundo recinto fortificado.

El paso del tiempo hizo mella en mi ser. Mi aspecto en el siglo XX distaba mucho del de mis épocas de gloria. Para colmo, mis piedras pudieron usarse para la construcción de la fortaleza moderna de Aguilarejo, en la vecina localidad de Corcos del Valle.

De propiedad municipal, ya en el siglo XXI me recuperé de algunas heridas del pasado gracias a algunas intervenciones. Y en 2019 renací al turismo con la iniciativa del Ayuntamiento y del escultor Juan Villa, colaborador del conocido programa televisivo Cuarto Milenio que dirige el periodista Iker Jiménez. Nacía así el Castillo Encantado, una mágica exposición de criaturas fantásticas en constante evolución.

El alcalde de Trigueros del Valle, Pedro Pérez, explica cómo surgió la idea. "El castillo encantado nació hace casi siete años, de una iniciativa del Ayuntamiento de la localidad y del escultor Juan Villa". El regidor cuenta que en 2025 han sido más 72.000 visitantes, lo que le convierte "en uno de los recursos turísticos más visitados de la provincia". Por su parte, mi creador, el escultor Juan Villa, avanza que soy un museo en constante evolución. "Sin ir más lejos en unas semanas inauguraremos ‘El laberinto de Medusa’, la sala más grande con la que contará el castillo".

UNIVERSO HARRY POTTER 

El museo ha aprovechado mis construcciones subterráneas, caballerizas con bóveda de cañón o mi aljibe, además de la torre del homenaje para musealizar una visita que no dejará indiferentes a mis visitantes. Mis mazmorras sirven de guarida a temibles dragones. También el universo Harry Potter conquista a los más pequeños.

En un laboratorio al que no le falta detalle, cobran vida extraños y espeluznantes engendros, mientras que en otra de las salas, una colección de realistas esculturas hace un repaso a los superhéroes en el mágico mundo del comic.

Cada rincón es una sorpresa. Ascender por mi torre del homenaje es emprender un mágico viaje entre fantasmas, hechizos y bibliotecas encantadas, que dan paso a otro de los atractivos de la visita: pasear por mi adarve y disfrutar de unas increíbles panorámicas.

Aquí termina mi paseo. Ahora os toca a vosotros enrolaros en esta mágica fantasía. Daos prisa, porque quizá la próxima vez que me veáis tendré habitantes diferentes, pero igual de fabulosos, fantásticos y sorprendentes.

 Soy el castillo de Trigueros del Valle.