Una antigua vía férrea reconvertida en una ruta senderista como atractivo turístico en Las Arribes y el oeste salmantino. Miles de visitantes llegan cada año para recorrer los 17 kilómetros de una ruta que transcurre por puentes y túneles y entre travesaños, vías, hierro, agua y naturaleza. Sin embargo, el Camino de Hierro es mucho más para quienes durante años trabajaron en el tren como maquinistas o como responsables de las vías. Personas como Gabriel, Fernando, Jesús y Perfecto, quienes nos cuentan sus recuerdos de una línea que han calificado como "la más bonita de España".

"Como ferroviarios, hemos recorrido media España y estamos en la línea más bonita que puede haber para el ferrocarril. No sé a quién se le ocurrió hacer un ferrocarril con esta geografía, necesitar 20 túneles y once puentes, y ahora esta ruta es una maravilla para quien le guste andar y le guste la naturaleza, es algo que no se puede explicar con palabras, hay que venir a verlo", dice Jesús.

Perfecto nació en Villavieja de Yeltes y se crió en La Fuente de San Esteban en una de las casillas de ferroviario, un trabajo que desempeñó su abuelo, su padre y él mismo. "Cuando era crío recogía el carbón que nos tiraban los maquinistas de las máquinas de vapor y luego yo pasé a ser maquinista con una diésel que no necesitaba tirar carbón. He estado toda la vida trabajando en esta línea, cosa que me enorgullece, es una línea preciosa", recuerda.

Durante sus años como maquinista se dedicó a llevar los trenes con cemento para hacer las esclusas navegables del Duero. "Veníamos dos máquinas hasta Lumbrales y en Lumbrales, dependiendo de la carga, nos cortaban y volvíamos a por más material o seguíamos hasta destino, ha sido un trabajo que me gustó siempre", cuenta Perfecto.

Esta línea férrea se construyó entre 1883 y 1887 para conectar Salamanca con Oporto y se cerraría ahora hace alrededor de 40 años, algo que fue un duro golpe para La Fregeneda y la comarca. "Yo todavía guardo un billete del día que se cerró, el 31 de enero de 1984. Mi último servicio fue que se cayó una piedra de la montaña y tapó la boca del túnel 8, vinimos con el tren de socorro a retirar la piedra. Estuve trabajando hasta el día que se cerró", rememora Perfecto.

Un cierre que "nos pareció muy mal porque dejaba esta zona despoblada, quitó trabajo y fue un perjuicio para toda Las Arribes. El cierre dejaba aislada a una buena parte de la provincia de Salamanca".

Ahora, la vía se ha reconvertido en una ruta senderista que este miércoles estrena un recorrido corto que parte desde el casco urbano de La Fregeneda y enlaza con el Camino de Hierro en sus seis últimos kilómetros. Una ruta que ha permitido a estos maquinistas volver a pisar una vía que durante años formó parte de su día a día.

Fernando recorría esta línea varias veces al mes. "Me ha traído recuerdos de los tiempos en los que bajábamos dos máquinas, nos gustaba el ambiente que había, he recordado los olores y los animales que veíamos porque entonces era maravilloso. Éramos muy jóvenes, ha pasado mucho tiempo y el volver a venir aquí te trae buenos recuerdos", asegura.

Y es que siempre fue una línea única con una particularidad, su desnivel. "Bajando no había problema, pero en la subida sí, y eso que veníamos dos locomotoras. Las velocidades no eran muy grandes porque había mucha pendiente y si hacía mal tiempo o llovía se ponían a patinar y era difícil. No es que fuera penoso pero cuando llegabas a La Fregeneda decías que ya habíamos subido lo peor", recuerdan.

Hoy, quienes un día guiaron los trenes entre túneles y viaductos vuelven a caminar sobre aquellas mismas traviesas. Ya no llevan locomotoras, pero sí la memoria de una vida vinculada a la vía. El Camino de Hierro, convertido ahora en ruta senderista, les devuelve un pedazo de su historia y demuestra que esta línea sigue muy viva.