Llegó el día. Tras semanas de reconstrucción silenciosa, trabajo en el gimnasio y partidos que han servido para volver a creer en el camino, aprender de tropiezos y mejorar a pequeños pasos, Perfumerías Avenida se planta frente al espejo más incómodo posible. Lo hace en casa, en el Würzburg Silvia Domínguez, para recibir a un Valencia Basket que no entiende de concesiones y que, hasta la fecha, solo ha tropezado en el debut liguero. Una cita que no admite medias tintas: competir ante el vigente campeón exige niveles de ejecución casi impecables.

Si algo alimenta la confianza charra es el contexto actual. Avenida llega reforzado por tres victorias consecutivas y, sobre todo, por un salto defensivo evidente que lo ha convertido en el equipo más fiable atrás de toda la LF Endesa. Robar ritmo, cerrar espacios y obligar a cada ataque rival a sudar puntos se ha convertido en la nueva seña de identidad. Frente a un bloque que domina la competición a partir de la solidez y el vendaval ofensivo, no hay otra vía: forzarles a jugar incómodas.

Anna Montañana, siempre prudente, no mira atrás. Sabe que la mejora existe y que el equipo ha crecido, "pero Valencia es otra escala", admitía en la previa. La entrenadora reconoce el desafío sin rodeos: un rival estable, acostumbrado a partidos de élite, que no concede un solo instante de respiro. A ello se suma una sesión ha servido para preparar el duelo tras el viaje a Murcia.

La pizarra no engaña: Avenida necesita un nivel defensivo de matrícula, minimizar las rachas de un elenco que puede decidir partidos en cuestión de minutos y sostener el pulso hasta el final. Porque la lista de amenazas es interminable. Fiebich, Araujo, Alexander, MVP de la primera fase europea, Ben Abdelkader; la dirección experta de Romero... Valencia Basket aterriza con siete triunfos consecutivos y en sus filas una ex del equipo azulón, Lekovic. 

Rubén Burgos también sabe que la cita será incómoda. El técnico taronja rehúye de la Supercopa -aquel partido queda lejos- y reconoce que Avenida ha madurado con el paso de las jornadas: más sólido, más consistente y con profundidad real en todas sus posiciones. Salamanca, recuerda, es territorio hostil; no solo por el rival, sino por la temperatura del pabellón cuando se enciende.

Por eso Montañana pide algo más a su casa. A pesar del horario poco amable (19.00 horas) Würzburg deberá convertirse en un aliado. La plantilla ha sufrido para encontrar el camino y ahora quiere validarlo ante la élite. La noche exige algo parecido a la perfección, sí; pero también la energía del público cuando cada balón quema, cuando cada defensa necesita un grito extra desde la grada.

Perfumerías Avenida llega al examen sin red. El rival es el que marca el ritmo en España y uno de los grandes de Europa. Quizá no sea el duelo más cómodo en el calendario ni el momento ideal, pero pocas veces se elige cuándo demostrar que el crecimiento no es una ilusión, sino un paso real hacia la competencia. En en Salamanca empieza a saberse.