La del viernes fue otra gran noche para el recuerdo de Unionistas. El equipo de Mario Simón tumbó al Real Madrid Castilla en un partido inmejorable del equipo charro. Los tantos de Gastón, Olmedo y Álvaro Gómez se tradujeron en tres puntos y desataron la alegría en una grada que no dejó de animar. Un duelo donde el frío dio paso a la alegría frente a un Castilla desdibujado por el buen hacer de los blanquinegros.

Como en las grandes noches, Unionistas mostró su mejor cara en un viernes frío. Las bajas temperaturas fueron desapareciendo paulatinamente para la afición charra al ver a su equipo volcado. Las manos congeladas dieron paso a una subida de la sensación térmica con los aplausos y el aliento a un bloque unionista que plasmó todo lo que piden los suyos: entrega, esfuerzo y ganas.

Mario Simón repitió el once de la jornada anterior y demostró que había dado en la tecla. Unionistas sobrepasó al filial blanco a través de la presión. Los madridistas tuvieron la pelota, pero no las ideas. El equipo de Álvaro Arbeloa buscó llegar al área de Unai y tuvo acercamientos que se quedaron en tímidos.  

Por su parte, Unionistas demostró querer el gol. Abde sacó dos saques de esquina que tuvo que taponar Fran González para evitar el gol olímpico, aunque entre medias llegó el 1-0. Gastón Valles desató la locura en el minuto 14, aunque hubo que esperar unos milisegundos. Abde centró desde la izquierda, la defensa no logró despejar, Álvaro remató de volea, el portero la tocó y el rechace cayó cerca de un uruguayo que, con un giro magnífico del pie, coló la pelota dentro de la portería cuando parecía que se había ido fuera. Un tanto, el segundo seguido para él, que adelantó al equipo y dio la alegría a los 4.351 espectadores.

El Real Madrid Castilla tuvo el empate a los pocos minutos con un remate de Joan Martínez tras un error de la defensa local, pero su remate se fue fuera y la posterior petición del banquillo visitante de revisar una posible mano quedó en nada. Un acercamiento al que respondió Álvaro Gómez con un remate de cabeza en el segundo palo que estuvo cerca de ser el segundo gol. Todo ello en una primera parte donde el árbitro cortó de raíz cualquier subida de tono con cinco amarillas, yéndose Unionistas con la ventaja y la convicción de haber sido superior.

La segunda parte empezó con el mismo guion que la primera. El Castilla tuvo la pelota, pero igual que en los minutos de antes el gol llegó del lado local. Yáñez tuvo la más clara en una acción donde se pidió un penalti que el árbitro no concedió. Una pena máxima que sí llegó a favor de Unionistas. En el minuto 70 una mano dentro del área madridista acabó con una pena máxima transformada por Olmedo. Tuvo que ser siete minutos más tarde porque la retransmisión no funcionaba y el árbitro no pudo revisarla, pero el lateral aprovechó la pena máxima para hacer el 2-0 engañando al portero.

El segundo gol no quedó ahí, ya que el tercero y definitivo llegó en el minuto 81. Un centro desde la derecha lo remató Pere Marco, dio en el palo y Álvaro Gómez cazó el rechace para hacer el 3-0. Un triunfo que dio paso a minutos finales donde la ola apareció en las gradas y que demostró que este Unionistas ha vuelto a lo grande. Siete partidos seguidos puntuando y sumando. Una quimera a inicio de temporada, un tiempo pasado para el recuerdo y que ha dado paso a una era donde la alegría está instaurada.