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De campo de amapolas a corazón comercial de Salamanca: los 25 años de historia de El Tormes
El centro comercial, donde trabajan 650 personas, cumplió ayer 25 años. Nació por el empeño de un promotor "que no quería que Salamanca se quedara atrás"
Es 15 de noviembre de 2000 y toda la atención de Salamanca está centrada en un nuevo edificio de piedra de Villamayor a caballo entre la capital y Santa Marta de Tormes. Es el Centro Comercial el Tormes y hoy abre sus puertas por primera vez.
Saltamos en el tiempo al 15 de noviembre de 2025. Ha pasado un cuarto de siglo y El Tormes celebra sus primeros 25 años. Hoy en día emplea a 650 personas y atrae a miles de clientes diarios de Salamanca, Santa Marta, Carbajosa y, en general, todo el alfoz de la ciudad.
Su gerente, Cuca Gonzalo, admite que ha sido "un día muy emotivo, porque hemos recibido a nuestros comerciantes con una flor y un mensajito. Ha sido emotivo porque hay gente que lleva 25 años trabajando en el centro comercial. Muchas en las mismas tiendas y otras en tiendas diferentes. Pero es verdad que ha sido algo muy bonito".
¿Quién tuvo la idea?
La historia del centro comercial se remonta a finales de los 90. "La idea salió de José Antonio Arenas, que era una persona que estaba vinculada a Ledesma y que era el presidente del grupo más importante desde mediados de los 70, y sobre todo a finales de los 90, de uno de los grupos promotores de centros comerciales más importantes que había en España", llamado Promodeico. Esta empresa levantaba centros comerciales como promotor y también para otros inversores.
"Eroski en su día quiso hacer un centro comercial en Salamanca y luego lo paralizó", explica Gonzalo, "pero ese proyecto lo retomó José Antonio Arenas e intentó adaptarlo a lo que estaba demandando el mercado en aquel momento". En aquellos años los centros comerciales eran edificios temáticos y "había algunos que se dedicaban, por ejemplo, al hogar y en el mismo espacio tenías tiendas que eran de muebles, electrodomésticos, de decoración... había otros centros que se dedicaban a la restauración y al ocio y en el mismo centro comercial sólo había locales de restauración y ocio... él vio un poco la necesidad de Salamanca, creyó que había que ampliar un poco la oferta de moda y hizo un centro comercial cuyo principal locomotora fuera la moda" . "Así surgió" la semilla de El Tormes, plantada "por alguien que tenía vinculación con Salamanca y que no quería que Salamanca se quedara atrás con lo que tenían otras provincias".
La otra gran impulsora del centro comercial fue Carlota Castro "que en aquel momento ella era la directora comercial de Ausideico, la parte de la empresa que primero comercializaba y luego gestionaba el centro comercial". Castro "hizo especial hincapié en que aquí vinieran las principales marcas de moda" como el grupo Inditex, Cortefiel o Mango "y estaban todas presentes cuando abrimos", recuerda.
La apertura de El Tormes propició dos revoluciones en Salamanca: una urbanística y otra comercial.
"Había un campo de amapolas"
La urbanística salta a la vista. El viaje entre Salamanca y Santa Marta discurría por una carretera bordeada por algunas naves industriales, la azucarera, la editoral Anaya, el convento de Capuchinos (cerrado desde hacía 40 años) y poco más. "Recuerdo llegar desde Madrid hacia Salamanca" a principios de 1999 "y ver a mi derecha un campo de amapolas. Era lo que había en ese terreno, la primera vez que yo vine a visitar Salamanca para hacer este centro comercial", rememora Gonzalo.
El Tormes espoleó la construcción. Donde entonces había terrenos vacíos hoy se erigen urbanizaciones, supermercados, bazares, restaurantes y comercios unidos a Salamanca por los puentes Felipe VI y Juan Carlos I. "A nosotros nos han complementado perfectamente otras superficies como fue Leclerc al año siguiente, Capuchinos, Atalaya... Al final yo creo que comercialmente esta zona tiene mucha importancia y creemos que fuimos un poco los promotores de que esta zona se convirtiera en una zona tan importante comercial y urbanísticamente", argumenta Gonzalo.
Competencia "sana y necesaria"
Así nace la segunda revolución. El día que El Tormes llegó comenzó la transformación comercial de Salamanca. Cuca Gonzalo opina que la apertura supuso "acercarnos un poco más a lo que tenían otras grandes ciudades. Vinimos a competir con el centro comercial más importante que había en España, que en aquel momento era la calle Toro y la calle Zamora. Nos gusta pensar que de alguna manera contribuimos al comercio salmantino, contribuimos además a que esta ciudad tan magnífica tuviera un centro ciudad con un comercio tan importante".
Es importante que haya mucho comercio, que haya un comercio diferente y para nosotros evidentemente es competencia, pero creo que es bueno para el cliente
En 2001 se inauguró E. Leclerc, en 2004 Capuchinos, en 2009 El Corte Inglés y en 2022 Atalaya del Tormes. Son competencia, sí, pero "entendemos que necesaria y sana, porque al final, si tú no tienes una oferta amplia, no te quedas en la ciudad a comprar y te vas a otras ciudades. Si en la mente del cliente que está a unos kilómetros tú no estás posicionado como el punto de referencia para ir a comprar, se va a ir a otras ciudades. Creo que es importante que haya mucho comercio, que haya un comercio diferente y para nosotros evidentemente es competencia, pero creo que es bueno para el cliente, por tanto, es bueno para nosotros".
Entre todas las grandes superficies y las tiendas de la capital, añade, "hemos conseguido no sólo que el salmantino no necesitara salir de Salamanca para comprar, ya que no sólo se ampliaba esa oferta magnífica que ya había en Salamanca, sino que nos convertimos también en el foco de atracción de poblaciones cercanas como algunos pueblos de Cáceres, de Ávila, de Zamora, incluso de Valladolid, hasta Portugal, porque al final los portugueses están habituados a comprar en centro comercial y yo creo que simplemente vinimos a complementar el comercio que ya había y a conseguir que Salamanca fuera un punto de atracción comercial. De hecho, somos una zona de gran afluencia turística", una categoría que concede a Salamanca y su alfoz ciertas prerrogativas en materia de comercio.
El futuro
El centro comercial se fundó con "el espíritu de ser un punto de encuentro para los salmantinos" y esa filosofía "no ha cambiado". "Aparte de ser evidentemente y en esencia un centro para donde la gente pueda comprar, sí que se ha trabajado siempre en que fuera un punto de encuentro para que la gente no viniera únicamente porque tenía que comprar, sino que viniera porque al final sabía que siempre había actividad en el centro". En este cuarto de siglo "sí que hemos conseguido ser un poco o convertirnos en el espíritu con el que nacimos".
En el día a día toca trabajar para que vengan nuevas superficies y reinventarse "continuamente" ya sea renovando el inmueble como en 2004, añadiendo nuevas actividades y atracciones (el cohete de la zona infantil) o retirando las que ya no encajan tan bien. Ejemplo: las pasarelas de moda, que "eran importantísimas. Y luego con la aparición de las redes sociales, han perdido un poquito la importancia".
Respecto al futuro "seguiremos siendo un centro donde la gente pueda venir a comprar, pero intentaremos ampliar nuestra oferta de ocio, intentaremos también ir adaptando la oferta comercial que tenemos a la oferta que vaya surgiendo en cada momento porque los gustos del público van cambiando y lo que queremos es que el público siempre encuentre aquí lo que podría encontrar en cualquier otra ciudad", concluye.
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