Las dos estaciones en Salamanca al borde del olvido que simbolizan la agonía del patrimonio ferroviario

La alarma por el derribo de estaciones centenarias trae a la memoria las estaciones de Ledrada y Fuentes de Béjar en la Lista Roja de Hispania Nostra

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Las dos estaciones en Salamanca al borde del olvido que simbolizan la agonía del patrimonio ferroviario
Estación de Ledrada
El autor esTeresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 4 min.

La alarma por el derribo de estaciones ferroviarias centenarias en Cataluña, como la de Parets del Vallès o Sant Feliu de Llobregat, ha reavivado el debate sobre la conservación del patrimonio industrial en toda España. En Castilla y León, la situación no es menos preocupante: al menos catorce estaciones figuran en la Lista Roja del Patrimonio elaborada por Hispania Nostra, debido a su estado de abandono o riesgo de destrucción.

Estas estaciones, repartidas por toda la comunidad, representan un legado arquitectónico, técnico y social que se desvanece lentamente entre la desidia institucional y la falta de uso. Algunas, como las de Ledrada y Fuentes de Béjar, en Salamanca, ejemplifican la fragilidad de este patrimonio que fue motor de desarrollo y ahora sobrevive como testimonio silencioso del pasado ferroviario español.

LEDRADA

La estación de Ledrada, situada en la provincia de Salamanca, pertenece a la línea ferroviaria Palazuelo-Astorga, también conocida como línea Plasencia–Astorga o Vía de la Plata, que en su conjunto enlazaba Gijón con Sevilla. A diferencia de otras estaciones del recorrido, fue construida más tarde, en el primer tercio del siglo XX, lo que explica su estilo arquitectónico diferenciado, más sobrio y funcional.

El cierre del tráfico de viajeros en 1984 -por considerarse una línea deficitaria- y la supresión definitiva del servicio de mercancías en 1996 marcaron el abandono progresivo del conjunto ferroviario.

El complejo está formado por un edificio de viajeros de dos plantas, con vanos de medio punto en la inferior y adintelados en la superior, tejado a dos aguas y una marquesina metálica. A pocos metros se conservan el almacén de mercancías, una aguada, una grúa de agua y las agujas de cambio metálicas, testimonio del antiguo tráfico ferroviario.

Sin embargo, la estación carece de protección legal y presenta un estado de conservación crítico. El tejado amenaza con colapsar, la marquesina y los elementos metálicos están gravemente oxidados, y el conjunto muestra un avance de deterioro generalizado, en contraste con otras estaciones del entorno -como las de Hervás o Béjar- que han sido rehabilitadas para nuevos usos.

FUENTES DE BÉJAR 

Construida en 1896 como parte de la línea Astorga–Palazuelo, conocida popularmente como la 'Ruta de la Plata', la estación de Fuentes de Béjar formó parte de un ambicioso proyecto que vertebraba el oeste peninsular por ferrocarril, conectando León, Zamora, Salamanca y Cáceres. La línea fue inaugurada el 21 de junio de 1896 en un acto presidido por el ministro de Fomento y otras autoridades nacionales, marcando un hito en la comunicación interior de España.

A lo largo del tiempo, su gestión pasó por varias compañías: primero por la Compañía de Explotación de los Ferrocarriles de MCP y del Oeste (1896-1928), luego por la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España (1928-1941) y, finalmente, por RENFE, tras su creación en 1941. En 1969 la línea alcanzó su máximo esplendor con el servicio Gijón-Sevilla, que recorría buena parte del trazado histórico.

Sin embargo, el 30 de septiembre de 1984, el Consejo de Ministros propuso su cierre, condicionando su continuidad a la asunción de los costes por parte de las comunidades autónomas. Mientras Extremadura declaró de interés general el tramo Plasencia-Palazuelo, la Junta de Castilla y León se negó a asumir los gastos del resto del trazado, lo que precipitó la clausura del servicio de viajeros el 31 de diciembre de 1984 y el tráfico de mercancías se mantuvo hasta 1996, año en que la línea quedó definitivamente inactiva.

Desde entonces, la estación de Fuentes de Béjar permanece abandonada. Su edificio, de planta rectangular y una sola altura, presenta una cubierta a dos aguas y una fachada con arcos de medio punto y escarzanos que dan cuenta de su sobria arquitectura ferroviaria de finales del siglo XIX. El muelle de carga anexo ha sido rehabilitado, pero el inmueble principal se encuentra en ruina progresiva y sin ningún tipo de protección legal.

Símbolo del declive de la Ruta de la Plata, la estación resume el destino de muchas infraestructuras ferroviarias españolas: sin uso, sin protección y sin un plan de recuperación, pese a su valor histórico y territorial.

PROBLEMA ESTRUCTURAL

Lo que ocurre en Salamanca se repite en toda Castilla y León. Por ejemplo, tal y como recoge EFE, en la comarca del Bierzo, por ejemplo, el ferrocarril de Ponferrada a Villablino, conocido como Ponfeblino, conserva estaciones como las de Matarrosa del Sil, Palacios del Sil o Cuevas del Sil, todas ellas víctimas del abandono.

En Astorga, el histórico conjunto ferroviario de San Andrés, con sus pabellones modernistas, rotonda y viviendas obreras, se encuentra en estado de ruina y sin protección legal, mientras que en Palencia y Zamora proliferan los edificios abandonados y sin cubierta, como Villanueva del Campo o Villalumbroso.

La falta de una normativa general de protección del patrimonio industrial ferroviario, unida a la escasa conciencia social sobre su valor, deja estos espacios a merced de los planes urbanísticos o del simple abandono. Aunque Adif ha impulsado el programa 'Activos para el Desarrollo', que permite ceder o alquilar inmuebles ferroviarios en desuso, la respuesta institucional sigue siendo limitada y desigual según el territorio.

RECUPERAR LA MEMORIA DEL TREN

Tanto Ledrada como Fuentes de Béjar representan algo más que viejos edificios: son símbolos del progreso social y económico que el ferrocarril llevó a las zonas rurales. Su conservación no solo tiene un valor arquitectónico o técnico, sino también emocional y comunitario

Proyectos de vías verdes, centros culturales, museos locales o espacios de encuentro podrían devolver la vida a estas estaciones que hoy se debaten entre la ruina y la esperanza. Porque, como el tren que un día las conectó con el mundo, su historia aún puede volver a ponerse en marcha.

2 Comentarios

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usuario anonimo 11/6/2025 - 2:26:46 PM
Es necesario, fomentar. La ruta de la plata,es necesario para unir Galicia, y Asturias con el sur
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usuario anonimo 11/5/2025 - 1:36:27 PM
Noticia spin interés alguno las estaciones se caen por si solas sin mantenimientos muchas ya bi están, pasa lo mismo con las casillas de camineros que había en casi todas las carreteras los tiempos cambian y esas casillas de ferroviarios estás estaciones abandonadas sobran por mucho que pretendan mantenerlas no tiene ningún sentido si no tienen uso
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